En Andalucía seguirá gobernando el PSOE. Tras casi treinta años en el poder podrá continuar haciéndolo pese a obtener su peor resultado, con una pérdida de 657.123 votos, que se dice pronto, pero con el apoyo de IU (que gana casi 120.000 votos procedentes del propio PSOE).
Asistimos pues al soñado escenario de IU, la pérdida de mayoría absoluta de su hermano mayor y la necesidad de sus votos para gobernar. Por si fuera poco, se venderá el pacto como una “mayoría de progreso” o directamente como un “gobierno de izquierdas”, que impida que gobierne el PP. El partido de Rajoy arrasa en las ocho capitales de provincias y en la mayoría de las grandes ciudades (aunque pierde 166.102 votos) pero en los municipios medianos y pequeños (en especial en la provincia de Sevilla) sigue teniendo su talón de Aquiles. Ambos partidos superan el 80% de los votos, por lo que podemos afirmar que el bipartidismo PPSOE goza de buena salud también en Andalucía.
El gobierno de Griñán (con o sin consejeros de IU) va a tomar medidas muy duras contra los trabajadores, y eso va a sorprender a muchos de sus votantes que –en un ataque de ingenuidad y olvidando los quehaceres de Chaves y el propio Griñán- han creído este domingo que el PSOE será el dique de contención del neoliberalismo. El aparato mediático del Parque Temático está listo para acusar a todo lo malo como responsabilidad de Madrid.
De todos modos, la abstención ha sido la gran protagonista del día. Hay decenas de municipios donde no se llega ni al 50% de participación, por lo que es fácil describir que el hastío, cuando no el asco por el sistema, no se ha traducido en la formación de candidaturas revolucionarias ni en votos en blancos ni en nulos, sino en abstención.
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