domingo, 6 de octubre de 2013

La Almoraima no se vende, se defiende.


Esta reflexión personal surge a raíz de la noticia la cual podéis abrir con el enlace siguiente:



¿Que es preferible dar un uso a la tierra de cultivo y crear casi dos mil empleos y perpetuarlo durante años y años, décadas y como siempre se hizo en nuestra zona rural, o queremos tres años de construcciones (con trescientos o quinientos empleados como mucho y que luego, ala, se acabó to y a la calle to el mundo? 

Los vecinos de Jimena y de Castellar tienen que saber esto, que despues del ladrillazo, serán solo cincuenta empleos para el mantenimiento del cesped del campito de golf y otros cien para el servicio del hotel, y de camino estaremos destinando al pueblo (sus hombres y mujeres) a cortar el cesped y a plancharle la ropa o lavarle los platos a un adinerado. 

¿Cuantos empleos nos quedan entonces si se vende la almoraima y se apoya la privatización echando a perder de camino con ello las tierras de cultivo? No llega a los doscientos empleos. ¿Y cuantos puestos de trabajo se pueden generar a través de un aprovechamiento real, sin dañar el medio y sin alterar este paraje sin igual como lo es la almoraima? En torno a los dos mil empleos aproximadamente y gestionados como no, de forma publica y donde los trabajadores decidan y participen en la gestión de la tierra como de la cooperativa que se instalen.