"Duermo allí", dice Fernando y señala los bajos encharcados de un puente cercano. Portugués, de 62 años, lleva 15 en España y es parte del creciente colectivo de personas sin hogar en este país castigado por una inclemente crisis económica y financiera. |
En 2008 había 11.844 personas que carecían de vivienda en España y en 2012 la cifra ascendió a 22.238, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), que tiene en cuenta las que han sido usuarias de centros asistenciales de alojamiento, por lo que no se descarta que el número sea mayor.
Fernando, con barba poblada, camina despacio arrastrando un carrito rojo que oculta dos cartones de vino y una botella de agua casi vacía. No quiere vivir en un albergue pese a que tiene las piernas enfermas y hace frío.
Divorciado y con hijos mayores, pide limosna a los clientes de dos grandes centros comerciales de esta sureña ciudad de Málaga, donde las historias repiten las de los demás centros urbanos de España.
Fernando, con barba poblada, camina despacio arrastrando un carrito rojo que oculta dos cartones de vino y una botella de agua casi vacía. No quiere vivir en un albergue pese a que tiene las piernas enfermas y hace frío.
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