El intento del Gobierno de Mariano Rajoy de vender sus cuentas para 2013 como "los Presupuestos más sociales de la historia de la democracia española" no ha convencido ni a la oposición en el Congreso
ni a la calle. Este sábado, "miles de personas", según los
convocantes, se manifestaron de forma pacífica en Madrid para exigir al
Ejecutivo que la ley económica más importante del año "no de la espalda a
la ciudadanía". Otras ciudades españolas también vivieron
movilizaciones. La Delegación del Gobierno en Madrid, que lidera la
conservadora Cristina Cifuentes, rebajó la cifra de participantes en la
capital hasta las 3.000 personas. La de este sábado ha sido la segunda protesta en una semana
en la que los ciudadanos, convocados por la coordinadora 25-S, han
exigido en las inmediaciones del Congreso la apertura de un nuevo
proceso constituyente.
Aunque la capital amaneció sitiada por la Policía –entre 1.300 y 1.600 agentes participaron en un desproporcionado despliegue policial
desplegado durante toda la jornada por las calles del centro de la
ciudad– la movilización se desarrolló en todo momento de forma pacífica y no se registró ningún incidente.
La Policía sí pidió la identificación a algunos manifestantes en
diferentes puntos de la protesta. Según algunos testigos, los agentes
llegaron incluso a requerir la documentación a personas que se dirigían a
la manifestación cuando ésta todavía no había comenzado.
La coordinadora 25-S, promotora de la movilización, no había comunicado por el cauce oficial a
la Delegación del Gobierno su voluntad de llevar a cabo esta protesta,
al entender que el departamento dirigido Cifuentes ya tenía
conocimiento suficiente de las acciones que se llevaría a cabo para
tomar las medidas necesarias para garantizar el desarrollo de la marcha
y la circulación del tráfico en la zona. Por ello, y tal y como había
avisado Cifuentes, es posible que a estas personas se les abra un
expediente sancionador que derive en una sanción de hasta 300 euros por
participar en una concentración "no autorizada".
Decenas de furgones policiales escoltaron en todo momento a los manifestantes que, en tono festivo,
entonaron consignas de sobra conocidas en el movimiento de los
indignados como "¡Lo llaman democracia y no lo es!" o "¡Qué no, qué no,
qué no nos representan!". Las proclamas a favor del derecho a la
vivienda y contra el drama de los desahucios también fueron muy
repetidas en la marcha. Al grito "¡No es suicidio, es homicidio!" los
manifestantes también recordaron a José Miguel Domingo, el hombre de 54 años que se suicidó el pasado jueves en Granada horas antes de ser desahuciado.
Las
peticiones de dimisión del Gobierno del PP y las referencias al pago de
una deuda soberana considerada "ilegítima" también fueron constantes en
la movilización. De hecho, una de las pancartas tras las que marcharon
los manifestantes rezaba: "Abolición de la deuda externa" escrito en
inglés, un claro mensaje a las instituciones internacionales que marcan
el devenir de la política económica de los países del sur de Europa,
entre ellos, España. De hecho, según los Presupuestos para el próximo
año, la partida que el Ejecutivo destinará a pagar los intereses de la deuda en 2013 aumentará en 9.742 millones con respecto a 2012. En total, el Estado tendrá que pagar 38.590 millones por ese concepto el año próximo.
A
las 21.00 horas, poco después de que la manifestación llegara a la
plaza de Cánovas del Castillo, los concentrados hicieron un "grito mudo",
es decir, sentados en el suelo agitaron sus brazos en el aire para
protestar contra el "secuestro" de la democracia y en señal de
reprobación a los representantes políticos que, "ajenos a la soberanía
popular", siguen el dictado de la troika (BCE, FMI y UE) y no atienden a
las "necesidades reales" de la población.
Todavía en las inmediaciones de la fuente de Neptuno, en la plaza de Cánovas del Castillo, la orquesta Solfónica
–integrada por músicos vinculados al Movimiento 15-M– amenizó parte de
la noche con algunas piezas musicales. Una de las piezas más aplaudidas
fue el Canto a la Libertad del fallecido José Antonio Labordeta. A pesar del frío, varios centenares de personas se reunieron después en una asamblea abierta en
la que algunos ciudadanos expresaron su opinión sobre la situación
actual y expusieron alternativas. Entre ellos una mujer de 53 años que
llamó a los allí congregados a "seguir en la lucha" en defensa del
Estado social y en contra del "secuestro" de la democracia.
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