miércoles, 31 de octubre de 2012

Afectados por la hipoteca ocupan sucursales de Bankia y Banesto

La ofensiva contra la forma en la que las entidades bancarias tratan a la gente que no puede pagar sus hipotecas, lejos de remitir, se ha incrementado este miércoles. A la acampada que, desde hace nueve días, mantienen en la puerta de la sede central de Bankia –entidad nacionalizada y que ya ha recibido 4.500 millones de euros de dinero público– un grupo de personas afectadas por los préstamos hipotecarios que suscribieron con este banco, se ha unido este miércoles la ocupación de dos sucursales del centro de Madrid, una de Bankia y otra de Banesto. En esta última, todavía permanecen encerradas un grupo de personas.  


Los miembros de la plataforma y ciudadanos que han decidido solidarizarse con ellos han permanecido durante algo más de una hora en la oficina de Bankia, situada en la Gran Vía, y sólo han salido cuando han tenido el "compromiso" del banco de que "agilizará" los trámites de las peticiones de dación en pago y alquiler social ya cursadas por varios afectados. La treintena de personas que ocuparon la sucursal fueron apoyadas desde el exterior por otras tantas, vigiladas por varios agentes de la Unidad de Intervención Policial, los llamados antidisturbios. 

Manuel San Pastor, abogado de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), ha explicado a Público que, entre sus demandas, también está la petición de que durante el próximo mes no se lleve a cabo ningún desahucio.
Fuentes de Bankia, por su parte, aseguran que la entidad siempre tiene una "posición negociadora" y que analiza "caso por caso" cuál es la mejor solución para los clientes independientemente de las "manifestaciones o peticiones conjuntas". Asimismo, señalan que el banco ha llevado a cabo 80.000 renegociaciones de préstamos hipotecarios y que se han facilitado algunos alquileres especiales. 

Por otro lado, las familias que llevan nueve días acampadas en las puertas de la sede central de Bankia, han decidido permanecer en ese lugar "de forma indefinida" hasta que la entidad dé una solución a las peticiones que ya han cursado de dación en pagoy alquiler social.
 
Olga Velasco, de origen ecuatoriano, es una de esas personas que lleva nueve noches durmiendo a la intemperie para reclamar a Bankia un alquiler social que no le haga verse en la calle tras el tecer intento de desahucio que, asegura, está "a punto de llegar". Con un vaso de leche caliente que unos vecinos habían bajado en un termo a los acampados, Velasco intentaba en la mañana de este miércoles entrar en calor ante las bajas temperaturas que se están registrando en la capital en los últimos días. Cuando la crisis todavía era una posibilidad remota, Velasco –que trabajaba cuidando a personas mayores por horas– y su marido –empleado en una empresa de mudanza– contrataron una hipoteca con Bankia por valor de 268.000 euros. 

"No teníamos avales ni empleos fijos, pero me dieron el préstamo en 15 días", asegura. Tras tres años pagando una cuota mensual que empezó en 700 euros y acabó en 1.750, su marido y ella se quedaron en paro y su casa ya no había ingresos con los que hacer frente a los pagos. Después de haber invertido en su piso los ahorros de sus 14 años en España, Velasco está dipuesta a deshacerse de esa vivienda a cambio de un alquiler social y de no arrastrar "de por vida" una deuda de miles de euros que, asegura, aboca a ella y a su familia a la pobreza "más absoluta". 

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