Esperaba, desde el pasado miércoles, algún comentario mínimamente crítico por parte de algún sector o militante de IU, de dentro o de fuera de Andalucía, sobre el apoyo entusiasta que su partido ha dado al presupuesto del gobierno bipartito andaluz para el año 2013. En vista de que nadie critica se puede suponer razonablemente que hay consenso sobre esa decisión y sobre la justificación oficial que se encuentra en la web de IU-Andalucía (http://www.iuandalucia.org/izquierda-unida-presupuestos-andaluces-son-cuentas-la-resistencia-la-defensa-pub).
IU-Andalucía (IU-A) afirma que: “Son unos presupuestos que se oponen a las políticas del Gobierno del PP y que confrontan con la Troika, útiles para luchar contra la pobreza, por los servicios públicos y por el empleo”. Nada menos. La portavoz socialista del gobierno ha sido menos demagógica afirmando que son unos presupuestos “de resistencia, de contraste con el del PP, no de confrontación”.
En realidad, ni eso: el presupuesto andaluz asume con estricta disciplina el tope de déficit del 0,7% en 2013 y cumple escrupulosamente con las amortizaciones de deuda (2.532 millones de euros, aproximadamente el 8% del presupuesto, siete veces más que el conjunto de fondos previstos para planes de empleo). Esto es lo fundamental. Es fácil presentarse como la “Syriza española”. Pero la Syriza real tiene como base de su programa el rechazo radical del Memorándum de la Troika y no aceptar el pago de la deuda. Si siguiera el “ejemplo” del gobierno andaluz propondría hacer una “gestión social” del Memorándum y pagaría la deuda, denunciando por supuesto su “injusticia”. Pero entonces no sería Syriza. Si acaso, el PASOK.
En estas condiciones es imposible enfrentarse a un paro devastador (35,42%), ni poner fin al deterioro de unos servicios públicos que se vienen degradando desde hace años, bajo anteriores gobiernos socialistas, y que siguen ahora sufriendo recortes (por ejemplo, el despido de 4 500 docentes, entre otras medidas de “austeridad” en la enseñanza pública, http://www.anticapitalistas.org/14N-Una-Huelga-General-tambien).
Los presupuestos andaluces son finalmente un ejemplo típico de politica social-liberal, en este caso, apoyada por IU: se acepta la ortodoxia económica dominante en lo fundamental, evitando algunas de sus medidas más agresivas (por ejemplo, en el caso andaluz, las privatizaciones de empresas públicas… si bien se las empuja a realizar despidos importantes, como consecuencia de una disminución de las transferencias de un 14,5%, que, sin duda, se realizarán en los próximos meses, y que no se limitarán, como afirma IU a “cargos directivos”) y encubriendo otras con un discurso social (por ejemplo, según IU, “el mantenimiento del compromiso con la solidaridad internacional”, cuando el gobierno andaluz tiene el récord español de impagados en proyectos de cooperación internacional). Luego hay la lista de “compromisos” de futuro, que ya iremos viendo en que quedan, entre los que están desde una “ley de fiscalidad progresiva”, supuestos ingresos por la lucha contra el fraude, una legislación “contra los desahucios”... y otras promesas que ni están, ni se le esperan en los presupuestos 2013.
Hay militantes andaluces cualificados de IU que defienden “un nuevo proyecto de país” y “avanzar hacia un proceso constituyente” (http://blogs.publico.es/dominiopublico/5834/por-un-nuevo-proyecto-de-pais-apuntes-para-avanzar-hacia-un-nuevo-proceso-constituyente/). Pero el país que se diseña en los presupuestos del gobierno andaluz no es nada nuevo; será a finales de 2013, si las luchas sociales no logran una oposición eficaz, un país más empobrecido, con un gobierno más eficaz en el cumplimiento del 0,7 de déficit que en la disminución del 35, 42% de paro.
Es difícil encontrar una explicación racional a la política de un partido como IU que puede hacer lo que hace en Andalucía y, a la vez, presentarse como “la alternativa de izquierdas” y multiplicar los gestos, cuanto más visibles mejor, de apoyo a los movimientos que rechazan radicalmente la legitimidad del régimen imperante.
Quizás haya una buena pista en un texto reciente de Perry Anderson. En su obituario sobre Lucio Magri (http://newleftreview.es) Anderson cuenta la siguiente, algo más que anécdota: “Un día, en Biella, cuando todavía era un joven militante, tras haber pasado una noche juntos trabajando en un discurso que tenía que pronunciar su superior, Enrico Berlinguer –antes de que éste se convirtiera en líder del partido– le dijo: ‘Magri, todavía tienes que aprender que en política uno necesita el coraje de la banalidad”. Anderson añade: “Magri poseía otra clase de coraje político, uno del tipo del que mostró Gramsci, en unos cuadernos que jamás fueron banales”.
Debe ser eso. En su apoyo incondicional a los presupuestos para el año 2013 y, en general, a la gestión del gobierno andaluz, y en la demagogia que utiliza en su defensa, IU pone en práctica ese “coraje” que recomendaba Berlinguer para aceptar las imposiciones “banales” del ejercicio cotidiano del poder, compatible con palabras y gestos “alternativos” cuando toca.
Para construir una alternativa de izquierdas hace falta, efectivamente, otra clase de coraje político.
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