La ofensiva neoliberal contra los derechos de los trabajadores no
tiene tregua y ahora se dirige contra las pensiones. El PP ha avanzado
algunas de sus intenciones: retrasar la edad y endurecer el acceso a la
jubilación parcial y anticipada, entre otras medidas.
El secretario de Estado de Seguridad Social, Tomás Burgos, ha
desglosado este jueves en la comisión del Pacto de Toledo un informe en
el que se detallan algunos de los planes del Gobierno en materia de
pensiones. Sin embargo, aunque este asunto no formaba parte del
documento, y a preguntas de los diputados de la oposición, Burgos ha
evitado decir explícitamente si se revalorizarán o no las pensiones
conforme al IPC a noviembre, tal y como recoge una normal legal acordada
en 1995 en la primera ronda del Pacto de Toledo, aunque sí ha asegurado
que el Ejecutivo "cumplirá lo que marca la ley".
El documento que Burgos ha llevado a esta reunión detalla la voluntad
del Gobierno de modificar la jubilación parcial abriendo la puerta a
que autónomos y asalariados puedan cobrar una parte de su pensión
mientras mantienen su empleo y, por tanto, cotizan y cobran su salario.
Todo ello con el objetivo de que los trabajadores con largas carreras de
cotización alarguen su permanencia en el mercado laboral, a pesar de
que, según la EPA del tercer trimestre de 2012, el 52,34% de los jóvenes que quieren trabajar no encuentran un empleo.
La idea de esta modificación es que los trabajadores del sector
privado por cuenta propia y ajena, una vez cumplida la edad legal de
jubilación [65 años en la actualidad] y contando con el 100% del periodo
de cotización necesario para acceder a la pensión, puedan seguir
trabajando sin estar obligados a reducir su jornada y cobrar, a la vez,
una parte de su pensión.
En la actual jubilación parcial, un trabajador de más de 60 años
puede cobrar parte de su pensión y continuar cotizando siempre que
reduzca su jornada laboral, y por tanto su salario, en un porcentaje que
oscila entre el 25% y el 75% (excepcionalmente hasta el 85%). La idea
es que, al mismo tiempo, la empresa contrata a un nuevo trabajador –con
el llamado contrato de relevista– para cubrir ese puesto.
No obstante, Burgos también ha previsto el endurecimiento de este
tipo de retiro. Así, ha propuesto aumentar un 50% la jornada de los
jubilados a tiempo parcial y subir a 33 [desde los 30 actuales] los años
de cotización para poder acceder a esta modalidad de jubilación. De
salir adelante esta propuesta del Gobierno, el jubilado parcial tendría
que realizar una jornada laboral del 37,5 % como mínimo, en lugar del 25
% establecido en la actualidad.
Por otra parte, Burgos ha apostado este jueves por retrasar la edad de jubilación anticipada a los 65 años en
2027, cuando concluya el periodo transitorio que llevará la edad legal
de retiro de los 65 a los 67 años. Asimismo, ha mostrado la voluntad del
Ejecutivo de retrasar la edad de acceso a la jubilación parcial a los
63 años.
Esta apuesta echa por tierra el último acuerdo sobre pensiones entre
Gobierno y sindicatos, que tuvo lugar en enero de 2011, con José Luis
Rodríguez Zapatero en la Moncloa, cuando se abrió la posibilidad de
jubilarse a los 63 a todos aquellos trabajadores que hubieran cotizado
al menos 33 años con una penalización del 7,5% por cada año hasta llegar
a la denominada "jubilación ordinaria".
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