El gobierno derechista del presidente Mariano Rajoy parece tener los
días contados, a juzgar por las intensas y multitudinarias protestas que
se escenifican en España por la aplicación de fracasadas políticas
neoliberales que de nada sirven para sacar de la grave crisis económica y
social que padece ese estado ibérico.
Cientos de miles de manifestantes han tomado las calles en toda la
geografía española para rechazar los recortes sociales, el desempleo y
la violenta actuación policial ordenada y aplaudida por el ejecutivo del
conservador Partido Popular (PP), inmerso en un callejón sin salida.
Precisamente, para el venidero 14 de noviembre los sindicatos,
trabajadores en general y estudiantes han convocado una huelga general
que hará tambalear al régimen de Rajoy, abocado a una caída estrepitosa,
según analistas políticos, si no resuelve el crítico panorama que vive
esa nación europea, el peor de su historia.
El creciente desempleo, casi 5 millones de personas, y los recortes
en los beneficios sociales como la educación y la salud, además de la
represión policial sufrida por los ciudadanos, son, por citar algunas de
ellas, las causas del profundo malestar suscitado en el pueblo español.
Innumerables han sido las violaciones de Derechos Humanos, desde
golpizas, detenciones arbitrarias hasta torturas en las gendarmerías
cometidas por el ejecutivo de Rajoy, tras el estallido de las protestas
en contra de su política antipopular.
Los augurios para el ahora “pepista” ocupante de La Moncloa, fiel
seguidor del autoritario expresidente José Maria Aznar, no pueden ser
peores, si a su conducta ultraconservadora se suma su incapacidad para
enfrentar la actual situación en España, y su escasez de liderazgo, para
no decir que carece completamente de esa virtud.
Vale recordar que Aznar fue castigado por los españoles por su activa
participación en la guerra contra Iraq y su sumisión a ultranza a
Estados Unidos, motivos por los cuales el PP fue destronado del poder
en las elecciones generales de 2004.
Algo similar se vislumbra para Rajoy, que al mismo tiempo que lleva
el país a la ruina y reprime a sus compatriotas, pacta con Washington la
utilización de bases militares en territorio español por parte del
ejército norteamericano, y se suma a la idea loca del Pentágono del
triste celebre “Escudo Antimisil” en Europa.
Pero el derrocamiento del ahora jefe del ejecutivo del PP será sin
duda alguna antes de los próximos comicios de España porque el pueblo de
la nación ibérica está evidentemente decidido a dar un vuelco a la
pésima situación que enfrenta hoy. Lo que está sucediendo en las calles
es una clara muestra de ello.
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