La irregularidad de las lluvias de este otoño en la comarca provocan un dispar resultado en las recolectas de los dos grandes epicentros, Castellar y Jimena
La lluvia nunca cae a gusto de todos suele decirse. Y si se hace mención a ella para referirse al afloramiento de las setas, más caprichosa se vuelve aún este fenómeno meteorológico.
La productividad de la recogida de setas esta temporada en el Campo de Gibraltar se puede calificar cuanto menos de agridulce y especialmente de caprichosa debido al dispar reparto de la lluvia en la comarca este otoño. Buena cuenta de ello dan las empresarios dedicados al sector micológico y los propios números de la lonja de Jimena que carece de demasiada actividad en estos días.
Si la campaña del año pasado se caracterizó por ser ejemplar y generosa en todas las partes de la comarca, las tardías lluvias de este otoño y el frío hacen peligrar una campaña plena de setas. El binomio que forma la lluvia y temperaturas templadas es indispensable para la afloración de las setas y ninguna de ellas cuenta con la dosis correcta. La ecuación no sale.
En Castellar y Los Barrios están siendo especialmente notables la gran cantidad de setas que los recolectores han conseguido diariamente de las especies boletus y amanitas caesareas, conocidas como yemas. Por lo que sin duda se llevan la cal de la cosecha en la comarca hasta el momento. Mientras, Jimena -que en estos días celebra sus jornadas micológicas- no cuenta con la misma suerte.
Yemas y boletus han gozado de un buen arranque de temporada desde el punto de vista productivo con una gran difusión a nivel nacional y en cantidades para nada discretas. En estas primeras semanas de otoño, durante el pico más alto de recogida se han podido contabilizar casi cien kilos diarios de cada una de estas familias, llegando a alcanzar cotas de hasta 400 kilos en días puntuales. Todo un éxito, según los datos contabilizados por una de las empresas con mayor difusión de setas en la comarca que regenta Antonio Ocaña y radicada en Castellar.
Tales cantidades no han pasado desapercibidas por la demanda nacional, llegando a abastecerse mercados de Barcelona, Madrid, Sevilla o Bilbao con setas campogibraltareñas a un precio bastante razonable y con un dominio total en el sector sobre la competencia, insiste el comerciante castellarnese. Dichas especies se han convertido esta temporada en exclusivas de la comarca, porque a causa de esa caprichosa climatología sólo se han podido encontrar por esta zona, según el empresario.
Por su parte, la arena, aunque más que arena es incertidumbre, llega desde Jimena, el otro principal epicentro de recogida de hongos. La productividad en los montes jimenatos se está haciendo esperar más de la cuenta debido al notable retraso de las lluvias a estas alturas del otoño.
Pero desde fuentes municipales y del propio sector se estima que la cantidad de agua que ya ha caído puede se más que suficiente para una buena cosecha este año una vez humedecido el suelo. La duda está en si será demasiado tarde y el frío, principal enemigo de la chantarella (seta estrella de estas tierras), impedirá su aparición.
Desde el Ayuntamiento de Jimena, se espera y confía en que la aparición del frío aguante aún un poco más y que dentro de diez o quince días esas primeras chantarellas que ya se pueden ver salteadas por los campos de Jimena, multipliquen por miles sus esporas y estén totalmente florecidas y listas para ser recolectadas por el gran número de personas que está acudiendo cada día en su búsqueda. Deseo expreso de todos los amantes de la recotecta de setas al que se suma el concejal jimenato Pedro Corbacho.
Éste es otro de los puntos peculiares de la temporada de setas: sus recolectores. La crisis, según previsiones de empresarios del sector, no afectará especialmente al colectivo de las setas, vista su gran rentabilidad en las cosechas de boletus y yemas de la zona de Castellar y su más que previsible continuidad con la chantarella de Jimena. Pero sí está afectando a quienes las recolectan.
De un tiempo a esta parte, muchas personas se están viendo obligadas a buscar dinero por todos los medios posibles. Muchos son los vecinos de la comarca desempleados que encuentran en la recogida de setas una fuente de ingresos ideal para conseguir un jornal de hasta 50 euros. Tributo que está sirviendo de sustento a muchas familias de la zona.
La micología es como la bolsa, sube y baja. El capricho aquí no es de los mercados, sino de la lluvia. Aún queda otoño para enmendar las cifras, confían tanto recolectores como intermediarios.
La lluvia nunca cae a gusto de todos suele decirse. Y si se hace mención a ella para referirse al afloramiento de las setas, más caprichosa se vuelve aún este fenómeno meteorológico.
La productividad de la recogida de setas esta temporada en el Campo de Gibraltar se puede calificar cuanto menos de agridulce y especialmente de caprichosa debido al dispar reparto de la lluvia en la comarca este otoño. Buena cuenta de ello dan las empresarios dedicados al sector micológico y los propios números de la lonja de Jimena que carece de demasiada actividad en estos días.
Si la campaña del año pasado se caracterizó por ser ejemplar y generosa en todas las partes de la comarca, las tardías lluvias de este otoño y el frío hacen peligrar una campaña plena de setas. El binomio que forma la lluvia y temperaturas templadas es indispensable para la afloración de las setas y ninguna de ellas cuenta con la dosis correcta. La ecuación no sale.
En Castellar y Los Barrios están siendo especialmente notables la gran cantidad de setas que los recolectores han conseguido diariamente de las especies boletus y amanitas caesareas, conocidas como yemas. Por lo que sin duda se llevan la cal de la cosecha en la comarca hasta el momento. Mientras, Jimena -que en estos días celebra sus jornadas micológicas- no cuenta con la misma suerte.
Yemas y boletus han gozado de un buen arranque de temporada desde el punto de vista productivo con una gran difusión a nivel nacional y en cantidades para nada discretas. En estas primeras semanas de otoño, durante el pico más alto de recogida se han podido contabilizar casi cien kilos diarios de cada una de estas familias, llegando a alcanzar cotas de hasta 400 kilos en días puntuales. Todo un éxito, según los datos contabilizados por una de las empresas con mayor difusión de setas en la comarca que regenta Antonio Ocaña y radicada en Castellar.
Tales cantidades no han pasado desapercibidas por la demanda nacional, llegando a abastecerse mercados de Barcelona, Madrid, Sevilla o Bilbao con setas campogibraltareñas a un precio bastante razonable y con un dominio total en el sector sobre la competencia, insiste el comerciante castellarnese. Dichas especies se han convertido esta temporada en exclusivas de la comarca, porque a causa de esa caprichosa climatología sólo se han podido encontrar por esta zona, según el empresario.
Por su parte, la arena, aunque más que arena es incertidumbre, llega desde Jimena, el otro principal epicentro de recogida de hongos. La productividad en los montes jimenatos se está haciendo esperar más de la cuenta debido al notable retraso de las lluvias a estas alturas del otoño.
Pero desde fuentes municipales y del propio sector se estima que la cantidad de agua que ya ha caído puede se más que suficiente para una buena cosecha este año una vez humedecido el suelo. La duda está en si será demasiado tarde y el frío, principal enemigo de la chantarella (seta estrella de estas tierras), impedirá su aparición.
Desde el Ayuntamiento de Jimena, se espera y confía en que la aparición del frío aguante aún un poco más y que dentro de diez o quince días esas primeras chantarellas que ya se pueden ver salteadas por los campos de Jimena, multipliquen por miles sus esporas y estén totalmente florecidas y listas para ser recolectadas por el gran número de personas que está acudiendo cada día en su búsqueda. Deseo expreso de todos los amantes de la recotecta de setas al que se suma el concejal jimenato Pedro Corbacho.
Éste es otro de los puntos peculiares de la temporada de setas: sus recolectores. La crisis, según previsiones de empresarios del sector, no afectará especialmente al colectivo de las setas, vista su gran rentabilidad en las cosechas de boletus y yemas de la zona de Castellar y su más que previsible continuidad con la chantarella de Jimena. Pero sí está afectando a quienes las recolectan.
De un tiempo a esta parte, muchas personas se están viendo obligadas a buscar dinero por todos los medios posibles. Muchos son los vecinos de la comarca desempleados que encuentran en la recogida de setas una fuente de ingresos ideal para conseguir un jornal de hasta 50 euros. Tributo que está sirviendo de sustento a muchas familias de la zona.
La micología es como la bolsa, sube y baja. El capricho aquí no es de los mercados, sino de la lluvia. Aún queda otoño para enmendar las cifras, confían tanto recolectores como intermediarios.
Manu Gil. Europa Sur.
Leido y obtenido en tiojimeno.
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