“Para proteger a los civiles”, el presidente Obama derramó cantidades desconocidas del letal Uranio Empobrecido” (UE) en áreas densamente pobladas de Libia, según la historia periodística N° 25 más ocultada por los grandes medios de EEUU, de acuerdo al informe anual 2012 de Proyecto Censurado. La guerra no declarada de Obama, y desautorizada por el Congreso, podría configurar el crimen de diseminar sobre la población libia el tóxico polvillo oxidado que desprenden los revestimientos de uranio empobrecido de los proyectiles de artillería pesada. Esta preocupación fue manifestada por grupos como la Coalición Internacional para Prohibir Armas de Uranio, que monitorea su uso militar como cáscara de munición anti-tanque y proyectiles penetrantes capaces de atravesar gruesas paredes subterráneas.
Hasta fines de marzo 2011, EEUU no introdujo en Libia sus aviones A-10 Thunderbolts, probablemente porque esos aparatos subsónicos de ala recta y pesadamente acorazados son vulnerables a los misiles antiaéreos disparados desde el hombro que las fuerzas libias poseían en abundancia. Sin embargo, una vez que el bombardeo sistemático mejoró el control aéreo de la OTAN, es probable que esos aviones especializados en ataques terrestres hayan sido añadidos a las fuerzas atacantes. El A-10 tiene un cañón automático particularmente grande que dispara un calibre también inusualmente enorme, de 30 milímetros. Estos proyectiles a menudo cargan uranio sólido.
Los aviones A - 10 fueron muy empleados en el conflicto balcánico , pero las nuevas autoridades de Kosovo quedaron consternadas cuando se dieron cuenta que en su territorio fueron esparcidas unas 11 toneladas de uranio emñobrecido como revestimiento de proyectiles que dejaron su estela de peligroso polvillo radiactivo .
Los jets de fabricación británica Harrier, usados por las fuerzas aéreo-navales inglesas y también por pilotos de la marina de EEUU, a menudo se equipan con cañones diseñados para proyectiles de 20 mm con cáscara de UE.
Los militares de EEUU están encariñados con los proyectiles fabricados con los restos del uranio que ya ha sido despojado del fisionable U-235, porque este “uranio empobrecido” es un material extremadamente pesado que, aleado con otros materiales, también es extraordinariamente duro. Debido al peso atómico de su masa, los proyectiles de “uranio empobrecido” pueden penetrar incluso los blindajes más duros y pesados.
La alta temperatura provocada por la colisión del proyectil hace estallar en llamas el uranio, en una explosión altamente tóxica y generadora de calor extremo, que causa un infierno adentro del tanque o el vehículo-blanco, cuyos tripulantes resultan incinerados. El problema es que el óxido de uranio resultante de tales explosiones, además de ser altamente tóxico, es también un emisor alfa microscópico, que si es inhalado o ingerido por seres humanos es extremadamente carcinógeno y mutágeno.
Dave Lindorff preguntó –el 23 de marzo de 2011- en www.ThisCantBeHappening.net (“Esto Puede Estar Ocurriendo”) ¿La intervención tóxica de las fuerzas de la OTAN envenena Libia con uranio empobrecido para “proteger” a los civiles? El uranio empobrecido incluso ha enfermado a soldados de EEUU que lo han manipulado en las últimas guerras, como en Kuwait, Kosovo, Irak y Afganistán, y también ha provocado terribles malformaciones genéticas en los descendientes de muchos militares estadounidenses.
Ironía trágica.
Las trazas de polvo de uranio también podrían haber afectado a los “rebeldes” apoyados por la OTAN. Las imágenes captadas a horas tempranas del asalto dirigido por EEUU contra las fuerzas del coronel Muammar Gaddafy, mostraron a triunfantes civiles libios y rebeldes celebrando alrededor de armatostes ardientes y humeantes que antes fueron tanques y vehículos blindados de transporte de personal del ejército libio destruidos por la artillería aérea estadounidense y franco-británica. Esas personas, a quienes las imágenes muestran tan alegres ante el resultado de los bombazos franco-británico-estadounidenses, bien podrían haber inhalado cantidades desconocidas del mortal polvo de las armas de uranio preferidas por las fuerzas militares occidentales para la guerra antitanques.
Sería una ironía trágica para los rebeldes de Libia, si la ayuda militar que pidieron a EEUU y a los demás países de la OTAN, terminara contaminándolos con el mismo polvillo de uranio empobrecido que cambió el destino a mucha gente de la sufrida población de Kuwait, Iraq, Afganistán y Kosovo.
Ciudades de Iraq donde fueron muy usadas las armas de UE, por ejemplo Basra, Samara, Bagdad, Mosul -y especialmente Faluya, que fue virtualmente arrasada en un asalto de la marina en noviembre de 2004-, muestran hoy muchísimos casos de defectos y deformaciones de nacimiento, así como tasas inusualmente altas de leucemia, que los médicos especialistas identifican como emblemáticas de los efectos de la radiación fetal por UE.
Un estudio supervisado por la Universidad de Michigan, publicado en diciembre de 2010, mostró que de 547 nacimientos en el Hospital General de Faluya el 15% de bebés presentaba defectos de nacimiento -una tasa más de cinco veces más alta que la media global de 2 a 3%. El estudio fue hecho en mayo de 2010, seis años después del asalto frontal de EEUU sobre esa ciudad de 300.000 habitantes, en que se utilizaron armas UE, según se ha informado profusamente.
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