sábado, 15 de octubre de 2011

"Del Senado y senadores", por Ildefonso Sena.


EL todavía senador José Carracao, con el que creo sigo manteniendo una vieja amistad, tildó recientemente de "ignorantes" a quienes sostienen que el Senado es una cámara prescindible. Una semana antes de tales declaraciones, publicadas en una entrevista para este diario, el que suscribe firmaba un mástil abogando por la desaparición de la llamada Cámara Alta, entre otras opiniones.

Carracao retaba, en el mismo sentido, a exponer razones de peso que justifiquen la eliminación del Senado de nuestro sistema legislativo.

Así que, por alusiones, ahí van las mías:

En primer lugar, cabe señalar que nuestro ilustre senador ha tachado de ignorantes a prestigiosos politólogos y constitucionalistas como Maurice Duverger o Georg Jellinek, entre otros, nombres de cuya categoría no voy a hablar porque esta pata es demasiado corta. Pero basta acudir al todopoderoso Google para identificarlos con precisión. Ambos sostienen, con argumentos sólidos, lo superfluo del Senado.

En segundo lugar, aplicando sus teorías a España, parece que aún no somos conscientes de la ruina que tenemos encima. Nuestro país está obligado a reducir drásticamente su déficit en la próxima década. Y el Senado nos costó casi 60 millones de euros en 2010, cinco menos según el presupuesto de 2011, un dinero que, según Carracao, sirvió "para mejorar las leyes antes de ser devueltas al Congreso". Demasiado caro, amigo mío, sobre todo si al ahorro que supondría su desaparición añadiéramos otros recortes en gastos políticos como los 17 defensores del pueblo, tantos parlamentarios autonómicos, consejeros de televisiones o el despilfarro en diputaciones y ayuntamientos. Lo que nos íbamos a ahorrar sin echarlos de menos.

Nota leida y publicada con anterioridad por Tiojimeno.

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