Las ayudas directas del Estado a la banca desde que empezó la crisis
-sin contar las ya amortizadas u otras que se podrían sumar, como los
préstamos del Banco Central Europeo (BCE)- comprometen en la actualidad
alrededor de 216.000 millones de euros, el equivalente al 21% del PIB
del Estado Español.
Las ayudas directas del Estado a la banca desde que empezó la crisis
-sin contar las ya amortizadas u otras que se podrían sumar, como los
préstamos del Banco Central Europeo (BCE)- comprometen en la actualidad
alrededor de 216.000 millones de euros, el equivalente al 21% del
producto interior bruto (PIB) de España. El sector se ha beneficiado del
dinero público desde octubre del 2008, cuando la tormenta financiera
que siguió a la caída del banco de inversión Lehman Brothers puso en
jaque a la economía y las finanzas mundiales.
Pero las mayores partidas -y donde se concentra el mayor riesgo para
el Estado y, en consecuencia, para el contribuyente- son en las
inyecciones directas de préstamos y capital en las entidades
financieras, por un lado, y en el banco malo, por el otro. Entre lo ya
desembolsado y lo que llegará en los próximos meses por ambos conceptos
se habrá regado a la parte más débil del sector financiero con unos
120.200 millones. A diferencia de las anteriores facilidades de
liquidez, aquí de lo que se trataba y de lo que se trata es de la
solvencia. En román paladino: miles de millones de euros para evitar (o
retrasar) la quiebra de entidades concretas.
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