Nada mejor que acudir a los datos para rebatir la propaganda. Lo
científico frente a la publicidad sugestiva. Porque cuando observas las
números con detenimiento, los analizas y comprendes, cae como un telón
toda la hojarasca neoliberal que, presentada como proyecto de buena
gestión contra el “despilfarro”, no es más que un proyecto ideológico
que pretende revertir lo conquistado por la ciudadanía para retornar a
su particular arcadia, un remozado nuevo, pero en esencia antiguo,
régimen.
En la cuestión sanitaria madrileña, punta de lanza del ataque liberal a la Sanidad Pública, se ve claro, no solo que son mentiras las cifras que manejan como un mantra para engañar a toda la población, sino que éstas no aguantan la comparación fría con las cuentas reales.
En la cuestión sanitaria madrileña, punta de lanza del ataque liberal a la Sanidad Pública, se ve claro, no solo que son mentiras las cifras que manejan como un mantra para engañar a toda la población, sino que éstas no aguantan la comparación fría con las cuentas reales.
Mentir es la estrategia, desacreditar la táctica. 1-Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. 2-Lo Público es insostenible. Dos titulares de consigna repetidos hasta la saciedad. Simples ideas-fuerza, mentiras positivas que, emulando al mago nazi, van calando en la población.
La primera frase encubre la estafa privada de la Banca mundial, verdadero expolio contra países y personas cuando los platos rotos producidos por el desastre financiero especulativo de una élite son socializados para que todos paguemos, llegando a rendir a las soberanías nacionales por medio de la modificación de sus Cartas Magnas para poner por encima el pago del robo financiero transnacional a las necesidades de la ciudadanía.
La segunda, responde a la intención de que la gente crea que no se puede mantener su asistencia, que la riqueza no da para todos, que todo lo que se ocupa de todos no es posible. Es la peor de las ideas, la vieja esencia del régimen aristocrático que divide a las personas en categorías deterministas sobre quién accede a los frutos económicos y quién no.
Lo peor de todo esto es que la mayoría de la gente, cada día más idiotizada por la desculturización programada, lo compra, lo asume, y finalmente lo cree sin cuestionarlo.
Afortunadamente existen, la historia es movimiento, sectores avanzados que se niegan a tragar, que dicen un NO alto y fuerte, que se juegan sus salarios, las estabilidad laboral, su integridad física y hasta su libertad. Son los ejemplos dignos, quienes dan un paso al frente. Mareas que algún día se transformarán en maremotos contra el viejo mundo que quiere resucitar para robar todo lo conseguido por el movimiento obrero organizado.
Debemos sumarnos a todas las movilizaciones que protagoniza el personal sanitario, entendiendo que defienden no solo su trabajo sino lo nuestro, lo de todos. Porque es la lucha por la protección de una cuestión fundamental que afecta a la vida y a la calidad de la vida. Un derecho que debe ser de excelencia y universal, no una salud de apartheid segregada entre ricos y pobres.
Nos encontramos ante la implantación de una sanidad de calidad (relativa) para los que puedan pagarla y otra deficiente-caritativa para una mayoritaria población cada vez más empobrecida. Por eso, retornando al principio, los números son tan importantes, porque desmontan las mentiras:
La Comunidad de Madrid no parece contemplar que hay 2 tipos de hospitales en la red madrileña de salud: los del nivel 1 (atención a patologías menos graves y con menor coste) y los de nivel 2 (90% de la asistencia especializada, de mayor coste y dotados de más personal). La comparativa de los datos no se puede establecer sin contemplar esta diferencia y hay que hacer constar que sólo los hospitales públicos de nivel 1 son susceptibles de ser privatizada su gestión sanitaria según el Plan de Medidas de sostenibilidad de la Comunidad de Madrid. Los datos de los costes de hospitales de gestión íntegramente pública al no pertenecer al mismo grupo, NO SON COMPARABLES.
En cuanto a los de nivel 1, sí es posible la comparación:
Conclusión: Si se sigue el modelo de privatización de la gestión sanitaria , el coste no desciende, sino que asciende a 118 millones de Euros por año, con financiación pública (impuestos) [1]. Los presupuestos de 2013 implican el incremento de la asignación en un 20% a los 3 hospitales públicos de gestión enteramente privada (menos complejos), mientras se reduce en un 30% la financiación de los hospitales de gestión mixta (cuya gestión sanitaria se quiere privatizar) y un 16% de media los de gestión enteramente pública de la Comunidad (los de mayor complejidad asistencial): Se saca dinero de la financiación a centros públicos de gestión pública para sostener los de gestión privatizada y por privatizar.
Como vemos, día a día se va atacando todas las conquistas sociales. Necesitamos luchar, salir a la calle y apoyar a los que se la juegan pero también hablar claro en política. Hay que plantear la reversión de las privatizaciones, la expropiación y re-nacionalización de los sectores estratégicos para detener el proyecto neofeudal. Proponer futuro y cumplirlo con la fuerza de la calle. Solo así se podrá, no ya llegar a ganar elecciones sino, como nos enseña Chile en negativo y Venezuela en positivo, mantener el poder en un proyecto soberano al servicio del pueblo.
Ilusionar para ganar, ganar con poder, mantener el poder de todos para defender lo de todos.
Hablando República
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