El ex ministro quiere evitar que su pieza vuelva a la Audiencia de Lugo.
* La peor noticia que podría recibir el ex ministro de Fomento en los próximos días sería que su sumario en el ‘caso Campeón’ vuelve a la Audiencia de Lugo. Para evitarlo, piensa mantener su acta de diputado y conservar su aforamiento con el fin de que sea el Supremo quien siga con la causa en caso de resultar procesado.
En el PSOE se espera que el Supremo se pronuncie en breve sobre el ‘caso Campeón’ y diga si se prosigue o no la investigación sobre José Blanco, que ya ha declarado como imputado. En buena lógica política, el encausamiento debería acarrear su renuncia al acta de diputado. Sin embargo, y a pesar de que en el Congreso carece en estos momentos de una tarea precisa asignada por su grupo parlamentario, el ex ministro de Fomento piensa seguir aferrado al escaño ya que perder el aforamiento significaría tanto como ver transitar su pieza del sumario de vuelta a la Audiencia de Lugo, ámbito judicial en el que Blanco se ha sentido maltratado y víctima de una conspiración. Antes prefiere asistir al engorro de ver como el Parlamento concede el suplicatorio para un hipotético procesamiento.
En el llamado ‘caso Campeón’ se investiga desde hace más de un año el presunto cobro de comisiones por parte de un grupo de sociedades capitaneadas en su mayoría por el empresario Jorge Dorribo. Hay investigados que pertenecen a la política, como es el caso de Blanco, y otros que pertenecen a las Fuerzas de Seguridad o son presuntos delincuentes comunes.
En el PSOE se recuerda que todos los movimientos protagonizados por Blanco desde que dejó de ser ministro le han salido mal. No tuvo éxito la operación montada para colocar al ex fiscal general del Estado Cándido Conde-Pumpido en el Tribunal Constitucional, tentativa fallida que el interesado atribuye al ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero y que estaba pensada para evitar daños mayores en caso de que el ‘caso Campeón’ acabara ante el máximo intérprete de la Constitución. Hay quien asegura que esta opción está legalmente cegada.
El anticipo de las elecciones gallegas al 21 de octubre ha evitado también que los socialistas se sometan a ‘primarias’ en esta comunidad, proceso en el que hubieran competido el actual secretario regional del partido, Patxi Vázquez, el ex ministro de Justicia Francisco Caamaño y, probablemente, el propio José Blanco, a pesar de que en los últimos meses aseguró a todo el que le quisiera oír que tenía nulo interés en ir de candidato en su tierra. Como no quedaba tiempo para encarar estos comicios internos, el candidato elegido ha sido Patxi Vázquez.
Una vez que se le ha cortado el paso a la política gallega con el adelanto electoral, Blanco ha decidido jugárselo todo a permanecer callado en su escaño del Congreso, sin oficio pero con beneficio, a la espera del fallo del Supremo. Paradojas de la política, pudiera resultar que si el PSOE es de nuevo derrotado en Galicia el mes que viene y no puede regresar a la Xunta, sea Francisco Caamaño, chaconista de pro, quien tome las riendas del partido en esta comunidad a partir de noviembre. Otro grano en la frente para Alfredo Pérez Rubalcaba, harto de tener que lidiar ya con Tomás Gómez en Madrid.
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