jueves, 12 de julio de 2012

ESTADO DE EXCEPCIÓN ENCUBIERTO. LEE Y DIFUNDE.


Ayer, en el Congreso de los Diputados, una vez más, como cada semana desde que alcanzó el poder, Mariano Rajoy anunciaba nuevas y agresivas baterías de recortes a la clase obrera. Todo ello con los aplausos de la bancada del partido popular. Mientras lo hacía, la policía atacaba con saña fascista a los mineros, en Madrid, produciendo numerosos heridos y detenciones. El ministro Soria, se deleitaba escuchando a su jefe en el Parlamento, ajeno de toda sensibilidad hacia la dramática situación de las miles de familias de las comarcas mineras.
IU y todos los integrantes del grupo de Izquierda Plural, rechazaron las  medidas neoliberales salvajes que el gobierno de Rajoy pretende aprobar el próximo viernes, con la cobertura oficial del inestimable cazador de elefantes y otras cosas de peor enjundia.

Cayo Lara concluyó “si usted apela al rey para respaldar sus medidas injustas e inútiles”, al presidir el Consejo de Ministros deliberante de este viernes, IU apelará a “los trabajadores”, a los ciudadanos, porque el Gobierno “ha traspasado demasiadas líneas rojas en estos siete meses”. 
Lamentablemente, en la cámara sólo ese grupo está en consonancia con los derechos de la clase obrera, en una sintonía anticapitalista salvaje y en rebelión a los títeres de los poderes económicos fácticos que controlan al bipartidismo español.
Pero lo cierto es que desde la llamada transición hasta la actualidad, se han venido acometiendo ataques sin piedad a los derechos ciudadanos. Un cambio de careta respaldado por falso socialistas y los traidores eurocomunistas responsables de la práctica destrucción del Partido Comunista de España. En España nunca ha habido ruptura con respecto a la dictadura y todo su entramado ideológico y político. Los otrora falangistas y franquistas pasaron a colocarse como demócratas. Desde entonces hasta la actualidad han venido simultaneándose el poder y adaptándose a los poderes internacionales –no olvidemos que el imperialismo configuró la llamada transición española-.
Hemos atravesado en las últimas décadas un trayecto de pérdida de soberanía a entidades supranacionales, pérdida de derechos conquistados con mucho sacrificio por nuestros antecesores durante las lucha obreras de la dictadura; también hemos padecido varias crisis cíclicas propias del sistema capitalista salvaje al que nos iban encaminando, por eso y no otra cosa,  se cambió la ropa a la dictadura por una supuesta democracia, para impedir que España se escorara hacia posiciones cercanas al mundo socialista.
Durante ese periodo histórico, se desmanteló la industria pesada española y prácticamente todo el tejido productivo que mantenía a millones de trabajadores. Grandes empresas públicas desaparecieron para entregar la cuota de mercado a grandes empresas privadas, multinacionales y oligopolios financieros.
Recientemente seguimos asistiendo a la liberalización total y cruel del Estado de Bienestar que nuestros antecesores habían logrado, pagando un precio muy alto por ello.
La reforma Express de la Constitución Española siguiendo instrucciones foráneas, la congelación y posterior bajada de salarios a los empleados públicos, la congelación de las pensiones y el empeoramiento de los derechos a la jubilación, reformas laborales que han dado la vuelta regresivamente al Derecho Laboral español, abriendo las puertas al neo esclavismo moderno en las relaciones laborales; la pretendida reducción del empleo público, bien por el personal laboral, bien por las privatizaciones masivas de empresas y sectores públicos rentables, colocando en manos privadas el porvenir de los derechos ciudadanos.
El inmoral trasvase de fondos públicos a los bancos privados, billones de euros sustraídos al pueblo para el “saneamiento” de las cuentas privadas de grandes sociedades anónimas financieras, mientras éstas se han dedicado a producir desahucios dejando a centenares de miles de familias sin hogar, acaparando la banca el sector inmobiliario con casi 4 millones de viviendas vacías. Como recientemente afirmaba Carmelo Suárez, secretario general del PCPE –publicada en el Pravda Estado español, “El cierre y destrucción de sectores de la producción, que eran estratégicos para la economía española, ha llevado al país a una situación de dependencia total, y a no tener ya, ni tan siquiera, la capacidad para trazar un plan de futuro sobre la base de impulsar determinadas producciones que generen actividad económica y puestos de trabajo”.
En pocas palabras, los gobiernos sucesivos del PSOE y PP se han cargado lo público, el patrimonio de todos los ciudadanos españoles, en detrimento de la economía privada, colocando los sectores y los recursos del Estado en unas pocas manos avariciosas con fin de lucro.
Los derechos al trabajo, la educación, la salud y la vivienda, entre otros, han sido cercenados por estos dos gobiernos. No han consultado a la ciudadanía, por el contrario, a sus espaldas han violado derechos humanos recogidos en normas internacionales que España ha incorporado a su Derecho Positivo. Y lo han llevado a cabo creando un auténtico estado de excepción, encubierto porque  no se nos presenta como tal, pero lo es en cuanto a la supresión de garantías constitucionales y derechos humanos esenciales.
Desde EL COMUNISTA, vamos a impulsar una iniciativa para denunciar a los distintos gobiernos españoles por Violación de los Derechos Humanos. Llamamos a ciudadanos y organizaciones a unirse a esta acción. No podemos quedarnos de brazos cruzados ante este atentado masivo al pueblo, a la clase trabajadora. No pueden quedar impunes los desmanes de estos vividores de la oligarquía y que están afectando trágicamente a enormes sectores de la población española.
Llamamos a la movilización en la línea de la huelga general indefinida hasta la celebración de un nuevo proceso constituyente, a la denuncia ante los tribunales de los Presidentes Felipe González, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, por violación de los derechos humanos.
Necesitamos la colaboración de todas las mujeres y todos los hombres de nuestra clase trabajadora, para poder sentar en los tribunales a estos sinvergüenzas, colocados por la élite poderosa económica, financiera – empresarial de nuestro país.

Ricardo Martel
El comunista.Prensa roja

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