viernes, 27 de enero de 2012

Pienso, luego estorbo.

España: crisis e indignación.
Salvador Martí i Puig

En pocos días, la imagen de una España asociada al «milagro
económico» de las últimas décadas pareció desmoronarse al calor
de la crisis económica y del novedoso movimiento de los
indignados. Varios miles de jóvenes ocuparon plazas y calles
con consignas contra la política tradicional y atrajeron un amplio
apoyo popular. Pero, en paralelo, la derecha conservadora se
consolidó en las urnas, y es incierto si el 15-m logrará marcar
un antes y un después en la cultura política y ciudadana española.

España cambió profundamente en los últimos 30 años y apareció. xxi, la economía se modernizó, se diversificó y creció, a la par que recibía una ingente cantidad de dinero proveniente de los fondos de cohesión de la Unión Europea. En el ámbito político, el Estado consolidó sus instituciones representativas y desplegó con éxito un proceso de descentralización, y la ciudadanía manifestó de forma sostenida y continuada su apoyo al régimen democrático. m– que protestó ruidosa y masivamente contra la clase política, la situación económica y la forma de operar de una democracia que ya no se percibe ni tan joven ni tan exitosa. Este episodio fue una sorpresa tanto por su impacto mediático como por el apoyo que recibió por parte de la población: los datos del Centro de Investigaciones.
en el escenario internacional como un ejemplo exitoso tanto de transición y consolidación democrática como de «milagro» económico. Desde los años 80 hasta la primera década del siglo
Sin embargo, durante la segunda mitad del mes de mayo de 2011, irrumpió un movimiento social –conocido como el Movimiento 15-

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