A pie de fosa, Silvia Hidalgo escucha sin pestañear la lección de su profesor de Geografía e Historia, Leonardo Alanís, que hoy llevó a un grupo de 2º de Bachillerato al inicio de la exhumación de los restos de las conocidas como las 17 rosas andaluzas, en el cementerio de Gerena (Sevilla). “Eran de Guillena. Tenían entre los 20 y los 70 años.Las fusilaron sin más. Ahora estamos leyendo la tierra como si fuera un libro, capa a capa. Estamos recuperando la historia porque muchas personas aún hoy no han podido recoger sus restos”, les explica el arqueólogo Juan Luis Castro.
“¿Alguien había escuchado lo que le ocurrió a estas mujeres?”, preguntó el profesor. Silvia seguía enmudecida. Únicamente cuando el profesor les mostró un panel con los fotos y los nombres de las 17 fusiladas, en 1937, la joven, de ojos azules y voz tímida, se atrevió a decir: “Josefa Peinado era mi bisabuela”.
Su abuela estuvo presa, pero se salvó por estar amamantando a su hijo. Murió con 97 años. “A mi bisabuela sí la mataron, y la pelaron y le dieron aceite de ricino y la pasearon por el pueblo después de llevarla a misa, como a todas las demás”, recuerda emocionada Rafaela mientras espera los primeros huesos, a apenas un metro de profundidad. “Aquí estamos desenterrando la verdad y mañana comienzan a juzgar a un juez por ello”, sostiene Lucía Sócam, sobrina nieta de Granada Hidalgo, cuyo pecado fue saber leer.Lo había escuchado en casa, como Rafaela Durán o Paqui Jura cuando eran niñas. “Nos arremolinábamos en la mesa camilla para que nos contaran qué pasó, sin odio. ‘Pero de eso no se puede hablar’, nos decían”, explican estas dos mujeres ya adultas. Hoy ambas hablan alto y claro, sin miedo. Y no soportan la paradoja que están viviendo estos días: “Al juez Garzón lo están tratando como a un criminal y al que se ha muerto le han hecho hasta homenajes con gaitas”, afirma indignada Paqui, en alusión a Manuel Fraga.
Sabor amargo
Eugenio López, enfermero de Guillena, apela a la conciencia de José Saramago mientras graba los trabajos con una videocámara. Alrededor de la fosa, bajo un pasillo de dos metros con nichos a ambos lados, el frío cala los huesos de quienes esperan desde hace años este momento, contradictoriamente amargo por el juicio a Garzón. “No me puedo creer que estén aquí ya”, reflexiona con la pala en la mano Manuel Martínez, también sobrino nieto de Granada.
Tras la exhumación, que no cuenta con financiación pública, se realizarán las pruebas de ADN. María José Domínguez, la presidenta de la asociación que agrupa a los familiares, anda de arriba abajo nerviosa. A ella le mataron a su abuela, Manuela Méndez, de 24 años. “Esta noche no he dormido”, asegura. La luz entra ya en el agujero. María José y Lucía se funden en un abrazo. La verdad está saliendo
.
2 comentarios:
Aqui tenemos una verdad como un castillo de grande. de verdad de verguenza que en ESPAÑA a estos asesinos los tratemos como Heroes y a los que los quieren condenar los tratemos como asesinos esta es la mi... de justicia que tenemos en ESPAÑA
Totalmente cierto, Fraga era un franquista y a Garzón no debería juzgarlo por este tema de la Memoria Histórica, es una injusticia. A lo mejor, es posible,en su caso que que debería establecerse la verdad por este otro:
http://politica.elpais.com/politica/2012/01/17/actualidad/1326800749_892433.html
Relacionado con un delito de cohecho, que como dice "El País" por uno pagos que recibió para un año sabático en 2005 del Super y Honesto Juez Garzón en Nueva York.
Previamente había sido juez de un caso que estaba implicado el Santander. Como explica el país:
http://www.elpais.com/articulo/espana/facturas/Nueva/York/elpepuesp/20100415elpepunac_7/Tes
Sin embargo el delito ha prescrito sin juzgarse siquiera para Botín, porque ha estado 3 años sin tocarse, sin tocarse para nada, que casualidad, hubiese lo que hubiese ya sólo puede ser juzgado por cohecho Garzón en este tema, Botín ya esta limpio para siempre en este tema.
Otra cosa clara, al contrario que buena parte del Gobierno del PP de Aznar o del Gobierno Socialista en Andalucía de Chaves y Griñán, Fraga, al igual que personajes como Carrillo, con historiales que hacen que sean muy odiados por algunos y muy queridos por otros, al menos si tienen algo en común, ninguno de ellos ha estado jamás implicado en ningún caso de corrupción ni de cohecho.
De un jimenato.
Publicar un comentario