Es sabido que en una sociedad capitalista, donde el sistema impone sus reglas de juego, es prácticamente imposible que la izquierda gane unas elecciones. Es más, podemos asumir ese conocido axioma que “la izquierda no pierde el tiempo en elecciones porque tiene que hacer revoluciones”. Dicho esto, hay espacios electorales que generan aún cierta ilusión, es el caso de EH Bildu y la CUP-AE en Euskal Herria y Catalunya respectivamente, donde se han sabido conformar coaliciones capaces de que los electores y electoras de izquierdas acudan a las urnas a algo más que tener que votar al menos malo.
EDITORIAL
En el caso de Andalucía, la lucha infatigable del Sindicato Andaluz de Trabajadores dirigido por Cañamero y Gordillo, ha sabido contagiar en la izquierda real algo más fuerte que la simpatía. Algunos de esos militantes del SAT tienen en la CUT-BAI su referente político, una organización relativamente pequeña que sigue enmarcada en Izquierda Unida, aunque las diferencias con la Coalición que dirige el vicepresidente de la Junta, Diego Valderas, son notorias porque afecta a las formas, el fondo, los contenidos y la ideología. Es tan así, que miles de personas se hacen desde hace años una pregunta punzante: ¿qué hace la CUT de Gordillo en IU? o peor, ¿Vale la pena tener un acta de parlamentario por el hecho de estar incrustado en IU, a cambio de frenar la creación de un auténtico bloque anticapitalista? El culmen de esta situación se vivió hace unos meses, cuando IU acudió rauda a socorrer al PSOE a cambio de algunos sillones, y Gordillo –como diputado electo que es- se negó a asumir semejante mamarrachada.
A partir de entonces se ha profundizado la grieta, la CUT-BAI tiene ante sí el reto de vertebrar a la gente de izquierda que vive en Andalucía, de aglutinar a miles de personas que no se identifican para nada con la línea reformista, servil y socialdemócrata de IU. Que esta posible organización vaya a tener en Gordillo y Cañamero sus máximos referentes, no es otra cosa que un homenaje a la honradez y a la ética militante revolucionaria, un auténtico lujo que serviría para construir ese espacio donde volcar la ira y la indignación a miles de personas desencantadas, abstencionistas o votantes de IU que cumplen con el rito de ir a la urna una y otra vez a coger la papeleta menos mala. Un lugar donde militar y luchar por una sociedad socialista. Su responsabilidad histórica es tirar “pá lante”, queremos votar a Cañamero y a Gordillo, pero fuera de IU. Lejos de la socialdemocracia.
EDITORIAL
No hay comentarios:
Publicar un comentario