En su comparecencia ante la comisión de Economía del Senado, el
Gobernador del Banco de España, Luis María Linde, ha echado un jarro de
agua fría sobre el nuevo optimismo que exime el Gobierno, con las
“señales de recuperación” que sólo ve la ministra de Empleo, Fátima
Báñez, o el nuevo optimismo de Rajoy que ha anunciado el fin de la
crisis y el inicio de la recuperación para 2014. Por el contrario, Linde
considera que “todavía no se perciben mejoras en la economía” porque no
mejoran ni la productividad ni la creación de empleo.
Controlar el gasto en pensiones
Pero el Gobernador hizo una llamada de atención especialmente delicada para el Gobierno, al que recordó que es “altamente conveniente” adoptar medidas para controlar el gasto en pensiones, lo que aportaría “credibilidad” al proceso de consolidación fiscal (medidas para reducir el déficit). Es decir, Linde considera que el Gobierno debe pensarse seriamente si sube las pensiones o no.
En este sentido recordó
que el gasto de los Presupuestos Generales del Estado y de la Seguridad
Social se va en primer lugar a pagar los intereses del dinero que
pedimos prestado (deuda), y después al pago de las pensiones y de las
prestaciones de desempleo. Y si el gasto de cualquiera de estas partidas
se incrementa no se podrá cumplir el objetivo de déficit pactado con
Bruselas para este año y que es del 6,3% del PIB.
Contradice a Montoro: es probable que no se cumpla con el déficit
Para Linde “la información disponible no permite descartar la posibilidad de alguna desviación”, porque en este año se viven circunstancias económicas “muy adversas” y porque habrá que contabilizar las ayudas públicas a la banca.
Para Linde “la información disponible no permite descartar la posibilidad de alguna desviación”, porque en este año se viven circunstancias económicas “muy adversas” y porque habrá que contabilizar las ayudas públicas a la banca.
Además si no se controla el gasto y las
subidas de impuestos (especialmente el IVA) no recaudan lo previsto,
será prácticamente imposible cumplir lo pactado con Bruselas.
Por
último enumeró los retos de la economía española: reducir la
dependencia de la financiación exterior (pedir menos dinero fuera),
corregir el desajuste presupuestario, fortalecer las bases del
crecimiento económico mejorando la competividad y terminar el
saneamiento del sector financiero.
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