viernes, 24 de agosto de 2012

Carta abierta a Cayo Lara.

Por supuesto, hay más métodos. Pero éste es tan necesario como el que más. Se trata de que, todos unidos, acabemos con el mal que no es otro que el capitalismo. Para ello por supuesto nos hace falta mucha imaginación e inteligencia para hacernos entender y seguir por la sociedad. 
 
Estimado Cayo Lara:

Permíteme tutearte por sentirme compañero tuyo en la condición de conseguir el fin de un mundo mejor y totalmente anticapitalista.

Como estoy seguro tú habrás observado,  nos encontramos escasos en materia de coraje ideológico, del significado moral de valentía en la izquierda real al servicio y disposición de toda la sociedad, nos encontramos corrompidos por tantos años de vivir en capitalismo, como dijo Lenin, una verdadera tragedia social, tal es el punto que incluso algunos políticos tutelados de izquierda sumidos - y quizá atolondrados - en el sopor del veneno propagandístico inyectado a veces en grandes dosis contra valores irrenunciables y de izquierdas sólo son capaces de ejercer como figura ornamental, y así sentirse satisfechos.

 Otros, además de eso, y con la categoría social que les da el tratar cuestiones de interés público, dejan de ejercer verdadera oposición a las cuestiones que nos impone para desgraciarnos la vida este régimen capitalista e inhumano.

Corrompidos por éste régimen y su posmodernidad en lo políticamente correcto, por su debilidad dejan de ser lo que debieran ser en base de su condición de izquierdas, para pasar a ser en base a esta democracia burguesa y lo que su régimen persigue, perpetuando con su comportamiento de cobardía moral e ideológica este régimen capitalista, ignorando que, desde tiempos remotos todas las revoluciones sociales contra la opresión al pueblo han sido iniciadas por hombres valientes mientras otros muchos otros miles se limitaban siempre por miedo a esperar a que esto sucediera, para más tarde superado el miedo inicial acabar uniéndose a la verdadera revolución social.


Es por esto, permíteme decirte, que a Izquierda Unida en su cocimiento de ingredientes de platos para la izquierda le falta un hervor, esa chispa de sabor que a veces le da a un buen cocido el uso de una especia añadida con el atrevimiento de un buen cocinero. Así se consigue realzar el sabor haciéndolo mucho más apetecible para una inmensa mayoría social.

Bien, para mí, esa especia de sabor de verdadera izquierda y sin complejos se lo da - y muy bien - el compañero Sánchez Gordillo, con el cual totalmente me solidarizo, tanto con sus métodos como con sus compañeros jornaleros, su sindicato verdaderamente de clase, el SAT, sus cabezas más visibles - destacando de entre ellos a Cañamero -, y un largo etcétera que de verdad demuestran que por fin despertamos del largo letargo de adormecimiento, sentimientos de culpa falsos, y muchos miedos en la defensa de valores humanos tales como la sensibilidad hacia el prójimo, la solidaridad, fraternidad, igualdad, libertad... Tan ignorados y pisoteados por este régimen capitalista durante tanto tiempo llegando incluso a hacerles sentir acomplejos por defenderlos a quienes nunca debieran dejarlos: la verdadera izquierda.

Por supuesto, hay más métodos. Pero éste es tan necesario como el que más. Se trata de que, todos unidos, acabemos con el mal que no es otro que el capitalismo. Para ello por supuesto nos hace falta mucha imaginación e inteligencia para hacernos entender y seguir por la sociedad.

Sin más, salud y un abrazo.

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