El alcalde de Marinaleda, diputado de IU, expone sus mandamientos para darle el voto a Griñán, candidato del PSOE a la Junta andaluza. «Cómo vamos a pactar con un partido que es paro, corrupción y guerra»
Juan Manuel Sánchez Gordillo llega a los terrenos donde se recolecta la alcachofa -expropiados al duque del Infantado y cultivados ahora por el pueblo en cooperativa- pasadas las tres de la tarde. El centenar de jornaleros que labraban la tierra acaba de dar por finalizada la peonada y los sombreros de paja se pierden en la lejanía ya en retirada.El líder del CUT-BAI -Colectivo de Unidad de los Trabajadores-Bloque Andaluz de Izquierdas, una de las corrientes dentro de IU- se niega en redondo a que los 12 diputados que ha cosechado IU ayuden a formar Gobierno al PSOE de Griñán (47 diputados), apartando así del poder al PP de Arenas, el más votado (50 escaños). Él, que se presentaba como cabeza de lista por Sevilla, ha obtenido 116.726 votos (el 12,16%, 38.000 más que en las últimas autonómicas, en las que también fue el primero de cartel).
Cuando comience la asamblea, a la que asisten unos 150 vecinos, desde septuagenarios barbudos a niñas en edad de comunión, agarrará el micrófono y lo explicará así.
-IU se convierte en la llave que decide, y ahora nos salen por todos lados novios y novias que nos dan mucha importancia. Nada se puede decidir sin nuestro voto. ¿Qué hacemos con este resultado? Yo digo que no podemos emborracharnos. Algunos se han tomado la cerveza de la victoria y están tan borrachitos que no quieren nada más que pactar. Yo digo no. Ya nos están ofreciendo consejerías, tres o cuatro nos han ofrecido. Yo creo que la mitad [ahora son 13 en total] nos las darían. En la CUT pensamos que no hay que pactar con nadie. Hemos elaborado una lista de puntos mínimos que se deben cumplir para que votemos en la investidura. Esto lo vamos a llevar primero a la asamblea de IU y luego a discutir con Griñán y con Arenas, con los dos, porque son candidatos los dos. Estos son los puntos.
Sánchez Gordillo lee entonces su lista de exigencias, los 10 mandamientos recogidos detalladamente por Crónica en la página de al lado: renuncia a los recortes, nacionalización de las cajas de ahorro, expropiación de los latifundios, renta básica para todos los desempleados, revolución agroalimentaria... El auditorio escucha la retahíla de peticiones que se saben de memoria.
La estampa podría ser histórica. Tras más de 32 años al frente de Marinaleda -entró en 1979 con 23 años y acaba de cumplir 56-, la asamblea a la que asiste Crónica quizás sea una de las últimas en las que Sánchez Gordillo hable como alcalde. En enero, el Parlamento andaluz modificó la Ley Electoral para incluir la incompatibilidad entre el cargo de diputado autonómico y el de primer edil. Cuando Sánchez Gordillo ocupe su escaño, tendrá que renunciar al bastón municipal.
-¿Y si IU no admite eso?, pregunta un vecino ubicado al fondo de la asamblea.
-¿Que no aceptan? -responde Sánchez Gordillo-. Nosotros nos lavamos las manos de las políticas que hagan. No nos sentiremos responsables. Después de 20 años luchando contra el capitalismo disfrazado que es el PSOE, yo no pacto con el PSOE ni muerto. Ni el PSOE ni 20 PSOEs tienen dinero para comprar nuestra dignidad moral.
Sánchez Gordillo reafirma así ante la asamblea lo que unas horas antes ha dicho en la entrevista con Crónica. Es prácticamente imposible que apoye la investidura de José Antonio Griñán: «¿Cómo vamos a pactar con un partido que es paro, que es corrupción, que nos ha metido en dos guerras imperialistas como las de Afganistán e Irak, que nos ha engañado miserablemente, que es una fábrica de contar mentiras? Que no, que no se puede pactar con esa gente. A no ser que se produjera un cambio. Aunque el mejor cambio sería que se fueran, que se desmantelara el régimen que han montado en Andalucía, que hay que llevar el carné del partido en la boca para colocarte en algún sitio».
Sólo pulsaría el botón de su escaño que daría vía libre a Griñán, asegura, si este se comprometiera a llevar a cabo su programa marxista revolucionario. «Yo creo que no van a estar dispuestos a casi nada de lo que pedimos, por tanto no podemos estar con nadie. Ahora, si el PSOE lo firma, sin problemas. El PSOE o el que sea, como si viene Lucifer».
Pide un referéndum vinculante a las bases, como el que se realizó en Extremadura -allí, los militantes de IU se negaron al pacto con el PSOE dando la llave del gobierno en minoría al PP de Monago-, y asegura que cuenta con el apoyo de otros «tres o cuatro» diputados de los 12 electos que tiene IU.
Para ser investido en la primera ronda, con mayoría absoluta, Griñán (47 escaños) necesita que al menos ocho diputados de IU lo apoyen. Si no lograra el quórum, en una segunda votación podría ser investido con mayoría simple (51) con el sí de cuatro de los 12 de IU.
A media mañana, Sánchez Gordillo firmaba una pila de documentos en su despacho del Ayuntamiento a la par que atendía a una emisora de radio en directo: «Arenas es la derecha troglodita, pero Griñán es la derecha corrupta. Ni Griñán, ni Arenas. Llevamos 30 años de democracia, gato negro, gato blanco, gato blanco, gato negro... Pero al final los dos comen ratones», se le oye decir.
la republicana y el che
Lo flanquean la bandera de Marinaleda, la de Andalucía y la republicana. Hay también un retrato del Che Guevara a su izquierda y unas cartulinas posadas en un caballete que recogen lo que lleva gastado del presupuesto anual. Con ellas a cuestas recorre los barrios de Marinaleda, las muestra a los vecinos y les pregunta qué necesitan en la zona. Está en pesetas, «porque la gente lo entiende mejor». Reparaciones y gasoil: 4.575.615. Equipos informáticos: 415.965. Teléfonos y correos: 4.891.748...
Viste camisa verde aceituna y un pañuelo palestino que no se quitará de los hombros, ha prometido, hasta que Palestina sea un Estado libre.
-¿Le va a costar mucho renunciar al puesto de alcalde?
-Ya veremos lo que pasa, porque esto todavía está en el aire. Primero, todo indica que el Constitucional [él ha recurrido la ley de incompatibilidades ante este tribunal] se va a pronunciar en contra. Segundo, yo pienso que los alcaldes son imprescindibles en los parlamentos autonómicos, son salud democrática, porque conocen mucho más la realidad del día a día de la gente. Tercero, si no puedo ser alcalde, me haré concejal. No tendré el título de alcalde pero mi papel en Marinaleda sería el mismo.
-¿Y quién les sustituirá?
-Eso lo tenemos que decidir en la asamblea. Hay más mujeres que hombres en la lista y seguramente sería una mujer. Podría ser Rafaela [la segunda de a bordo], aunque es maestra y trabaja fuera de aquí. Está también la compañera de la guardería infantil... Alguien que pudiera porque no cobramos.
Dos mujeres gitanas y otras dos saharauis esperan para hablar con el alcalde. Su puerta está siempre abierta para entrar sin llamar pero nuestra presencia le bloquea el paso. Está Francisca, 40 años. «Se va lo que más queremos en el mundo. Ni a mi padre ni a mi madre le debo lo que a él», dice, agradecida porque Sánchez Gordillo sacó a su marido de la droga. A María José la está ayudando a pagar la multa de 1.000 euros que le han impuesto a su marido por el robo de dos gallinas y dos cerdos. Si no la abona, irá a la cárcel. La mujer sale del ayuntamiento con seis cajas de leche, dos paquetes de arroz y Cola Cao.
Las dos saharauis, Maluha y Embarka, necesitan que les arregle unos papeles. Los maridos de ambas trabajan en la cooperativa local. Todos los empleados, desde el gerente al tractorista, cobran 47 euros diarios por 6,5 horas de trabajo. En Marinaleda una casa en propiedad cuesta 15 euros al mes y la guardería -con derecho a comida-, 12. Prácticamente hay pleno empleo. Hace un par de años estuvo aquí el New York Times para contar la historia, publicada antes en Crónica, del pueblo que resistía a la crisis.
-Según las estadísticas, en febrero el paro en Marinaleda aumentó en 160 personas, un 44% más...
-Somos el principal productor de alcachofas de España [seis millones de kilos al año], pero nos ha caído una helada y se nos han frito las alcachofas, por eso ha estado esa gente momentáneamente parada. Ya han vuelto otra vez a trabajar.
-¿Y cuánto cobra Gordillo?
-Cobro sobre 3.000 euros. De ahí, a todos los diputados de IU nos quitan 1.000. Y luego yo me rebajo otros 800 euros para cobrar 1.200 que es lo que ganan los cooperativistas de mi pueblo. El resto va a mi sindicato, a ONGs... A solidaridad.
Vive en una casa de 15 euros al mes, como los demás, no tiene coche ni carné. Si tiene que desplazarse fuera de Marinaleda sale a la calle y pide ayuda al primero que se encuentra. «Durante la campaña me ha estado llevando un inmigrante muy simpático o algún turista. Cuando salgo a la calle alguno me teme: "Ahí viene Juan Manuel, a ver dónde quiere que lo lleve"».
-Algún pecado capitalista tendrá...
-Siempre he vivido modestamente. Yo pienso que la gente que tenemos responsabilidad, y si es de la izquierda con más razón, tiene que aspirar a no tener por solidaridad. Esa ética de vivir lo mismo que se habla y de hablar lo mismo que se vive es un esfuerzo que no es sencillo. Esa es la regeneración que necesita la izquierda.
-¿Ni siquiera pactaría con el PSOE si le dan la Consejería de Agricultura?
-No, no, no la cogería. ¿Para qué?, ¿para repartir las limosnitas que vengan de Bruselas? Por favor. Yo sería responsable de Agricultura si hubiéramos obtenido mayoría absoluta y estuviéramos en condiciones de enfrentarnos a los mercados para decir: «No pagamos la deuda». ¿Por qué? Porque el 75% de la deuda es privada, 2,3 billones de euros que deben básicamente los bancos. ¿Y ahora esa deuda que es privada te la pago yo? Si la gente supiera lo que es la crisis, si se la explicaran sencillamente, aquí había una revuelta. La crisis es como una maldición caída del cielo. Zapatero no es responsable, los bancos no son responsables... Entonces, ¿quién es responsable?
El alcalde hace altavoz con las manos y trata de hacerse oír. «¡¡¡A las cinco!!!, ¡asamblea a las cinco!, ¡a las cinco!», vocea. En la comunista Marinaleda (Sevilla) todo se decide de modo asambleario y el edil tiene hoy -martes, 27 de marzo- que dar cuenta a sus vecinos -unos 3.000 censados- de los resultados de las autonómicas andaluzas, que lo han convertido en una de las piezas clave del inesperado rompecabezas que ha salido de las urnas.
Cuando comience la asamblea, a la que asisten unos 150 vecinos, desde septuagenarios barbudos a niñas en edad de comunión, agarrará el micrófono y lo explicará así.
-IU se convierte en la llave que decide, y ahora nos salen por todos lados novios y novias que nos dan mucha importancia. Nada se puede decidir sin nuestro voto. ¿Qué hacemos con este resultado? Yo digo que no podemos emborracharnos. Algunos se han tomado la cerveza de la victoria y están tan borrachitos que no quieren nada más que pactar. Yo digo no. Ya nos están ofreciendo consejerías, tres o cuatro nos han ofrecido. Yo creo que la mitad [ahora son 13 en total] nos las darían. En la CUT pensamos que no hay que pactar con nadie. Hemos elaborado una lista de puntos mínimos que se deben cumplir para que votemos en la investidura. Esto lo vamos a llevar primero a la asamblea de IU y luego a discutir con Griñán y con Arenas, con los dos, porque son candidatos los dos. Estos son los puntos.
Sánchez Gordillo lee entonces su lista de exigencias, los 10 mandamientos recogidos detalladamente por Crónica en la página de al lado: renuncia a los recortes, nacionalización de las cajas de ahorro, expropiación de los latifundios, renta básica para todos los desempleados, revolución agroalimentaria... El auditorio escucha la retahíla de peticiones que se saben de memoria.
La estampa podría ser histórica. Tras más de 32 años al frente de Marinaleda -entró en 1979 con 23 años y acaba de cumplir 56-, la asamblea a la que asiste Crónica quizás sea una de las últimas en las que Sánchez Gordillo hable como alcalde. En enero, el Parlamento andaluz modificó la Ley Electoral para incluir la incompatibilidad entre el cargo de diputado autonómico y el de primer edil. Cuando Sánchez Gordillo ocupe su escaño, tendrá que renunciar al bastón municipal.
-¿Y si IU no admite eso?, pregunta un vecino ubicado al fondo de la asamblea.
-¿Que no aceptan? -responde Sánchez Gordillo-. Nosotros nos lavamos las manos de las políticas que hagan. No nos sentiremos responsables. Después de 20 años luchando contra el capitalismo disfrazado que es el PSOE, yo no pacto con el PSOE ni muerto. Ni el PSOE ni 20 PSOEs tienen dinero para comprar nuestra dignidad moral.
Sánchez Gordillo reafirma así ante la asamblea lo que unas horas antes ha dicho en la entrevista con Crónica. Es prácticamente imposible que apoye la investidura de José Antonio Griñán: «¿Cómo vamos a pactar con un partido que es paro, que es corrupción, que nos ha metido en dos guerras imperialistas como las de Afganistán e Irak, que nos ha engañado miserablemente, que es una fábrica de contar mentiras? Que no, que no se puede pactar con esa gente. A no ser que se produjera un cambio. Aunque el mejor cambio sería que se fueran, que se desmantelara el régimen que han montado en Andalucía, que hay que llevar el carné del partido en la boca para colocarte en algún sitio».
Sólo pulsaría el botón de su escaño que daría vía libre a Griñán, asegura, si este se comprometiera a llevar a cabo su programa marxista revolucionario. «Yo creo que no van a estar dispuestos a casi nada de lo que pedimos, por tanto no podemos estar con nadie. Ahora, si el PSOE lo firma, sin problemas. El PSOE o el que sea, como si viene Lucifer».
Pide un referéndum vinculante a las bases, como el que se realizó en Extremadura -allí, los militantes de IU se negaron al pacto con el PSOE dando la llave del gobierno en minoría al PP de Monago-, y asegura que cuenta con el apoyo de otros «tres o cuatro» diputados de los 12 electos que tiene IU.
Para ser investido en la primera ronda, con mayoría absoluta, Griñán (47 escaños) necesita que al menos ocho diputados de IU lo apoyen. Si no lograra el quórum, en una segunda votación podría ser investido con mayoría simple (51) con el sí de cuatro de los 12 de IU.
A media mañana, Sánchez Gordillo firmaba una pila de documentos en su despacho del Ayuntamiento a la par que atendía a una emisora de radio en directo: «Arenas es la derecha troglodita, pero Griñán es la derecha corrupta. Ni Griñán, ni Arenas. Llevamos 30 años de democracia, gato negro, gato blanco, gato blanco, gato negro... Pero al final los dos comen ratones», se le oye decir.
la republicana y el che
Lo flanquean la bandera de Marinaleda, la de Andalucía y la republicana. Hay también un retrato del Che Guevara a su izquierda y unas cartulinas posadas en un caballete que recogen lo que lleva gastado del presupuesto anual. Con ellas a cuestas recorre los barrios de Marinaleda, las muestra a los vecinos y les pregunta qué necesitan en la zona. Está en pesetas, «porque la gente lo entiende mejor». Reparaciones y gasoil: 4.575.615. Equipos informáticos: 415.965. Teléfonos y correos: 4.891.748...
Viste camisa verde aceituna y un pañuelo palestino que no se quitará de los hombros, ha prometido, hasta que Palestina sea un Estado libre.
-¿Le va a costar mucho renunciar al puesto de alcalde?
-Ya veremos lo que pasa, porque esto todavía está en el aire. Primero, todo indica que el Constitucional [él ha recurrido la ley de incompatibilidades ante este tribunal] se va a pronunciar en contra. Segundo, yo pienso que los alcaldes son imprescindibles en los parlamentos autonómicos, son salud democrática, porque conocen mucho más la realidad del día a día de la gente. Tercero, si no puedo ser alcalde, me haré concejal. No tendré el título de alcalde pero mi papel en Marinaleda sería el mismo.
-¿Y quién les sustituirá?
-Eso lo tenemos que decidir en la asamblea. Hay más mujeres que hombres en la lista y seguramente sería una mujer. Podría ser Rafaela [la segunda de a bordo], aunque es maestra y trabaja fuera de aquí. Está también la compañera de la guardería infantil... Alguien que pudiera porque no cobramos.
Dos mujeres gitanas y otras dos saharauis esperan para hablar con el alcalde. Su puerta está siempre abierta para entrar sin llamar pero nuestra presencia le bloquea el paso. Está Francisca, 40 años. «Se va lo que más queremos en el mundo. Ni a mi padre ni a mi madre le debo lo que a él», dice, agradecida porque Sánchez Gordillo sacó a su marido de la droga. A María José la está ayudando a pagar la multa de 1.000 euros que le han impuesto a su marido por el robo de dos gallinas y dos cerdos. Si no la abona, irá a la cárcel. La mujer sale del ayuntamiento con seis cajas de leche, dos paquetes de arroz y Cola Cao.
Las dos saharauis, Maluha y Embarka, necesitan que les arregle unos papeles. Los maridos de ambas trabajan en la cooperativa local. Todos los empleados, desde el gerente al tractorista, cobran 47 euros diarios por 6,5 horas de trabajo. En Marinaleda una casa en propiedad cuesta 15 euros al mes y la guardería -con derecho a comida-, 12. Prácticamente hay pleno empleo. Hace un par de años estuvo aquí el New York Times para contar la historia, publicada antes en Crónica, del pueblo que resistía a la crisis.
-Según las estadísticas, en febrero el paro en Marinaleda aumentó en 160 personas, un 44% más...
-Somos el principal productor de alcachofas de España [seis millones de kilos al año], pero nos ha caído una helada y se nos han frito las alcachofas, por eso ha estado esa gente momentáneamente parada. Ya han vuelto otra vez a trabajar.
-¿Y cuánto cobra Gordillo?
-Cobro sobre 3.000 euros. De ahí, a todos los diputados de IU nos quitan 1.000. Y luego yo me rebajo otros 800 euros para cobrar 1.200 que es lo que ganan los cooperativistas de mi pueblo. El resto va a mi sindicato, a ONGs... A solidaridad.
Vive en una casa de 15 euros al mes, como los demás, no tiene coche ni carné. Si tiene que desplazarse fuera de Marinaleda sale a la calle y pide ayuda al primero que se encuentra. «Durante la campaña me ha estado llevando un inmigrante muy simpático o algún turista. Cuando salgo a la calle alguno me teme: "Ahí viene Juan Manuel, a ver dónde quiere que lo lleve"».
-Algún pecado capitalista tendrá...
-Siempre he vivido modestamente. Yo pienso que la gente que tenemos responsabilidad, y si es de la izquierda con más razón, tiene que aspirar a no tener por solidaridad. Esa ética de vivir lo mismo que se habla y de hablar lo mismo que se vive es un esfuerzo que no es sencillo. Esa es la regeneración que necesita la izquierda.
-¿Ni siquiera pactaría con el PSOE si le dan la Consejería de Agricultura?
-No, no, no la cogería. ¿Para qué?, ¿para repartir las limosnitas que vengan de Bruselas? Por favor. Yo sería responsable de Agricultura si hubiéramos obtenido mayoría absoluta y estuviéramos en condiciones de enfrentarnos a los mercados para decir: «No pagamos la deuda». ¿Por qué? Porque el 75% de la deuda es privada, 2,3 billones de euros que deben básicamente los bancos. ¿Y ahora esa deuda que es privada te la pago yo? Si la gente supiera lo que es la crisis, si se la explicaran sencillamente, aquí había una revuelta. La crisis es como una maldición caída del cielo. Zapatero no es responsable, los bancos no son responsables... Entonces, ¿quién es responsable?
El alcalde hace altavoz con las manos y trata de hacerse oír. «¡¡¡A las cinco!!!, ¡asamblea a las cinco!, ¡a las cinco!», vocea. En la comunista Marinaleda (Sevilla) todo se decide de modo asambleario y el edil tiene hoy -martes, 27 de marzo- que dar cuenta a sus vecinos -unos 3.000 censados- de los resultados de las autonómicas andaluzas, que lo han convertido en una de las piezas clave del inesperado rompecabezas que ha salido de las urnas.
Publicada por el diario el mundo en la edicion del domingo, 1 de abril.
OTRA HUMANIDAD ES NECESARIA
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