Rusia y China han vetado este sábado pasado el proyecto de resolución del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) contra el gobierno de Sirio que demanda la renuncia del presidente sirio, Bashar al-Asad, y la entrega del poder a los líderes de la oposición.
Los representantes de los países miembros del Consejo de Seguridad de la ONU se han reunido este sábado en Nueva York, Estados Unidos, para votar un proyecto de resolución, auspiciado por Estados Unidos y sus aliados occidentales en contra del gobierno sirio, por la supuesta represión de la población civil, informa Press TV.
Rusia y China, los únicos que han vetado esa resolución, ya vetaron el pasado cuatro de octubre otra resolución antisiria.
El vicecanciller ruso de Exteriores, Gennady Gatilov, había dicho, anteriormente, que Rusia no negociará con los países occidentales sobre el proyecto de resolución contra Siria.
“Negociar con nuestros principios, no es parte de nuestra directriz política”, ha destacado Gatilov.
Rusia, asimismo, se opone a las sanciones occidentales contra Siria. El embajador de Rusia ante la ONU, Vitaly Churkin, ha manifestado que la “comunidad internacional” no debe entremeterse en el conflicto interno de Siria, y que las sanciones podrían aumentar el riesgo de un conflicto.
“Moscú rechaza cualquier sanción, cualquier intento para utilizar los instrumentos del Consejo de Seguridad para alimentar el conflicto y para justificar una intervención militar”, ha declarado Churkin, a la vez que ha manifestado que “el Consejo no puede dictar medidas para una solución política interna, no tiene autoridad para hacerlo”.
China, por su parte, ha mantenido la misma postura, y ha expresado que las sanciones de la ONU empeoran aún más la situación de Siria, no obstante, aseveró que la demanda de los sirios para una reforma debe ser respetada.
“Los que defienden la resolución contra Siria, creen que así van a poner fin a la violencia en Siria”.
Desde hace unos diez meses, Siria es escenario de manifestaciones a favor y en contra del presidente Bashar al- Asad.
El Gobierno sirio ha denunciado en múltiples ocasiones injerencias extranjeras, asegura que miembros de grupos armados, instigados y alimentados por el Occidente, perpetran las matanzas, infiltrándose en las filas de las manifestaciones pacíficas.
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