Una
foto vuelve a levantar la polémica con la Casa Real y su máximo
representante, el rey Juan Carlos Borbón, muy aficionado a las fiestas,
las cacerías y la buena vida acompañado de los más oscuros personajes.
La instantánea fue tomada en la finca de “El Alamín”, en Toledo,
propiedad de Gerardo Díaz Ferrán, ex jefe de los empresarios españoles
(CEOE), actualmente encarcelado por evasión de capital, y quien acogió
una cacería de perdices donde fueron invitados el Rey Juan Carlos, Jaume
Matas, ex presidente de las Islas Baleares condenado por malversación,
cohecho y prevaricación, y Arturo Fernández, empresario imputado por el
escándalo de la entidad financiera Bankia.
Arturo Fernández mantiene una relación muy estrecha con el Borbón, y ha sido quien ha ido comprando su colección de automóviles.
Tras destaparse los continuados delitos cometidos por Díaz Ferrán, ex
jefe de los empresarios españoles, la finca de “El Alamín” pasó a otros
propietarios. Un grupo de inversores se la adjudicaron en subasta tras
ofrecer 24 millones de euros.
Las buena vida y las malas compañías persiguen al monarca desde hace
más de veinte años. La cuenta que se inició con su ex consejero Manuel
Prado y Colón de Carvajal, tuvo su punto álgido con el ex banquero
delincuente, Mario Conde.
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