Por: Eleazar Díaz Rangel, Fuente: http://www.minci.gob.ve/
El periodista Eleazar Díaz Rangel analizó, a través de los derrocamientos del premier Muhammad Mossadeh, en Irán, y el del presidente Jacobo Arbenz, en Guatemala, cómo la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos (EEUU) ha servido de herramienta tanto para la eliminación de sus enemigos como para extender el imperialismo.
La columna, publicada en el diario Últimas Noticias y titulada Historias de la CIA, se refiere a una nota extraída de la página web de Legado de Cenizas que cita un trabajo denominado ¿Es la CIA un baluarte de la libertad contra peligrosos enemigos o, bien, se trata de una conspiración maquiavélica para extender el imperialismo americano?.
Refirió que el derrocamiento del premier Muhammad Mossadeh en Irán, sucedido en el año 1953, "se desarrolló en combinación con el servicio secreto inglés (SIS). El propio premier Winston Churchill valoraba como nadie el petróleo iraní y no podía soportar un primer ministro nacionalista como Mossadeh".
De manera que "iniciándose en 1953 la CIA comenzó a planificar el golpe, a sobornar a altos oficiales y políticos, a medios y periodistas que crearon una imagen de comunista del primer ministro y de la penetración soviética. Invirtieron miles de dólares para animar la agitación en la calle".
"El 19 de agosto, las turbas dirigidas por agentes de la CIA provocaron disturbios en Teherán que dejaron más de 100 muertos. Habían convencido al joven Sha, quien estaba en un balneario del mar Caspio, para que firmara un decreto destituyendo a Mossadeh y designara a un general favorito de los ingleses, Fazlohaa Zahedi, quien recibió un millón de dólares de la CIA. El ejército fue penetrado. El gobierno resistió hasta el ataque a su sede, varios ministros fueron detenidos, Mossadeh pudo escapar, pero dos días después se entregó, estuvo tres años preso, hasta su muerte", relata Díaz Rangel.
Destacó que la operación fue dirigida por el propio Allen Dulles, por los jefes de inteligencia británicos y por Kin Roosevelt como jefe operativo.
"El Sha regresó al trono y después amañó las siguientes elecciones parlamentarias usando las bandas de la CIA, impuso tres años de ley marcial, pidió a la CIA y a la misión militar de EEUU en Irán que ayudase a asegurar el poder. Así fue creada la Savak que, entrenada y equipada por la CIA, impondría su dominio durante veinte años", citó Díaz Rangel.
El capítulo de ese trabajo culmina con lo siguiente: "La ilusión de que la CIA podía derrocar un gobierno de un país por arte de magia resultaba muy atractiva. Y llevaría a EEUU a una batalla en Centroamérica que se prolongaría durante los 40 años siguientes".
Díaz Rangel enlaza este último comentario con el caso del derrocamiento del presidente Jacobo Arbenz en Guatemala, en el año 1954.
"En marzo de 1954, época de dominio absoluto de la dictadura de (Marcos) Pérez Jiménez, se reunió en Caracas la conferencia de cancilleres de la OEA. Estuvo Foster Dulles para imponer la línea dura contra Guatemala; se aprobó su proyecto de resolución (¡19 votos y sólo uno en contra!) que abría las puertas a la intervención para erradicar el comunismo en ese país. El canciller guatemalteco Guillermo Torriello dio una batalla, solitario, en el Aula Magna, donde se celebró la conferencia. (Les recomiendo Tras la cortina de banano, de Torriello, editado por la UCV, 1979). En El Silencio hubo una manifestación del PCV que fue reprimida y resultó muerto Félix Castillo", expuso.
"Todo estaba decidido desde el 9 de diciembre de 1953, cuando la CIA aprobó la Operación Éxito, pero, por descuido de un agente que dejó en un hotel papeles que revelaban el plan, tuvo un retroceso. Inventaron que un submarino soviético avanzaba hacia Guatemala con armas y cuentos de esa naturaleza que agencias y medios repetían, trataban de borrar el impacto del golpe descubierto", relató.
Fue así como la CIA reforzó el equipo con la incorporación del jefe de la base en Berlín, Henry Hecksher, "con órdenes de gastar hasta 10 mil dólares mensuales para sobornar oficiales, compró al general Elfego Monzón, del gabinete del presidente Jacobo Arbenz, y pagó a un movimiento estudiantil anticomunista para alterar el orden y agitar en las calles".
Recordó Díaz Rangel que "el 21 de mayo del 54 unidades navales de Estados Unidos bloquearon los puertos guatemaltecos y el 24 un avión de la CIA lanzó octavillas contra el palacio presidencial, llamando a alzarse y a apoyar a Castillo Armas. La emisora La voz de la Liberación, manejada desde Nicaragua, emitía mensajes desestabilizadores. La campaña mediática se impulsaba en el exterior".
"En junio de ese año comenzaron los ataques: el 18 desembarcaron en Puerto Barrios 198 hombres, pero fueron derrotados por la policía y los estibadores. Otros 122 hombres en Zacapa, igualmente fueron rechazados; una tercera fuerza entrenada en El Salvador corrió la misma suerte. Sólo un cuarto grupo, que dirigía Castillo Armas, tomó 21 poblaciones campesinas en las fronteras con Honduras, y habría tenido la misma suerte de las anteriores de no ser por la acción de aviones de la CIA que contuvieron las fuerzas del gobierno. Con ayuda de los gobiernos dictatoriales de países limítrofes, reforzaron los ataques aéreos y el 27 de junio el gobierno de Arbenz no pudo soportar más, sus fuerzas armadas estaban penetradas", añadió.
Finalmente, señaló que "la United Fruit estuvo altamente involucrada en este golpe de la CIA. Arbenz había desarrollado la reforma agraria, confiscó tierras ociosas a esa compañía y las entregó a cientos de miles de campesinos. La United Fruit tenía influencia en Washington, pero la CIA no luchaba por las bananas. Veía a Guatemala como una cabeza de playa soviética en Occidente y una amenaza directa a EEUU".
La columna, publicada en el diario Últimas Noticias y titulada Historias de la CIA, se refiere a una nota extraída de la página web de Legado de Cenizas que cita un trabajo denominado ¿Es la CIA un baluarte de la libertad contra peligrosos enemigos o, bien, se trata de una conspiración maquiavélica para extender el imperialismo americano?.
Refirió que el derrocamiento del premier Muhammad Mossadeh en Irán, sucedido en el año 1953, "se desarrolló en combinación con el servicio secreto inglés (SIS). El propio premier Winston Churchill valoraba como nadie el petróleo iraní y no podía soportar un primer ministro nacionalista como Mossadeh".
De manera que "iniciándose en 1953 la CIA comenzó a planificar el golpe, a sobornar a altos oficiales y políticos, a medios y periodistas que crearon una imagen de comunista del primer ministro y de la penetración soviética. Invirtieron miles de dólares para animar la agitación en la calle".
"El 19 de agosto, las turbas dirigidas por agentes de la CIA provocaron disturbios en Teherán que dejaron más de 100 muertos. Habían convencido al joven Sha, quien estaba en un balneario del mar Caspio, para que firmara un decreto destituyendo a Mossadeh y designara a un general favorito de los ingleses, Fazlohaa Zahedi, quien recibió un millón de dólares de la CIA. El ejército fue penetrado. El gobierno resistió hasta el ataque a su sede, varios ministros fueron detenidos, Mossadeh pudo escapar, pero dos días después se entregó, estuvo tres años preso, hasta su muerte", relata Díaz Rangel.
Destacó que la operación fue dirigida por el propio Allen Dulles, por los jefes de inteligencia británicos y por Kin Roosevelt como jefe operativo.
"El Sha regresó al trono y después amañó las siguientes elecciones parlamentarias usando las bandas de la CIA, impuso tres años de ley marcial, pidió a la CIA y a la misión militar de EEUU en Irán que ayudase a asegurar el poder. Así fue creada la Savak que, entrenada y equipada por la CIA, impondría su dominio durante veinte años", citó Díaz Rangel.
El capítulo de ese trabajo culmina con lo siguiente: "La ilusión de que la CIA podía derrocar un gobierno de un país por arte de magia resultaba muy atractiva. Y llevaría a EEUU a una batalla en Centroamérica que se prolongaría durante los 40 años siguientes".
Díaz Rangel enlaza este último comentario con el caso del derrocamiento del presidente Jacobo Arbenz en Guatemala, en el año 1954.
"En marzo de 1954, época de dominio absoluto de la dictadura de (Marcos) Pérez Jiménez, se reunió en Caracas la conferencia de cancilleres de la OEA. Estuvo Foster Dulles para imponer la línea dura contra Guatemala; se aprobó su proyecto de resolución (¡19 votos y sólo uno en contra!) que abría las puertas a la intervención para erradicar el comunismo en ese país. El canciller guatemalteco Guillermo Torriello dio una batalla, solitario, en el Aula Magna, donde se celebró la conferencia. (Les recomiendo Tras la cortina de banano, de Torriello, editado por la UCV, 1979). En El Silencio hubo una manifestación del PCV que fue reprimida y resultó muerto Félix Castillo", expuso.
"Todo estaba decidido desde el 9 de diciembre de 1953, cuando la CIA aprobó la Operación Éxito, pero, por descuido de un agente que dejó en un hotel papeles que revelaban el plan, tuvo un retroceso. Inventaron que un submarino soviético avanzaba hacia Guatemala con armas y cuentos de esa naturaleza que agencias y medios repetían, trataban de borrar el impacto del golpe descubierto", relató.
Fue así como la CIA reforzó el equipo con la incorporación del jefe de la base en Berlín, Henry Hecksher, "con órdenes de gastar hasta 10 mil dólares mensuales para sobornar oficiales, compró al general Elfego Monzón, del gabinete del presidente Jacobo Arbenz, y pagó a un movimiento estudiantil anticomunista para alterar el orden y agitar en las calles".
Recordó Díaz Rangel que "el 21 de mayo del 54 unidades navales de Estados Unidos bloquearon los puertos guatemaltecos y el 24 un avión de la CIA lanzó octavillas contra el palacio presidencial, llamando a alzarse y a apoyar a Castillo Armas. La emisora La voz de la Liberación, manejada desde Nicaragua, emitía mensajes desestabilizadores. La campaña mediática se impulsaba en el exterior".
"En junio de ese año comenzaron los ataques: el 18 desembarcaron en Puerto Barrios 198 hombres, pero fueron derrotados por la policía y los estibadores. Otros 122 hombres en Zacapa, igualmente fueron rechazados; una tercera fuerza entrenada en El Salvador corrió la misma suerte. Sólo un cuarto grupo, que dirigía Castillo Armas, tomó 21 poblaciones campesinas en las fronteras con Honduras, y habría tenido la misma suerte de las anteriores de no ser por la acción de aviones de la CIA que contuvieron las fuerzas del gobierno. Con ayuda de los gobiernos dictatoriales de países limítrofes, reforzaron los ataques aéreos y el 27 de junio el gobierno de Arbenz no pudo soportar más, sus fuerzas armadas estaban penetradas", añadió.
Finalmente, señaló que "la United Fruit estuvo altamente involucrada en este golpe de la CIA. Arbenz había desarrollado la reforma agraria, confiscó tierras ociosas a esa compañía y las entregó a cientos de miles de campesinos. La United Fruit tenía influencia en Washington, pero la CIA no luchaba por las bananas. Veía a Guatemala como una cabeza de playa soviética en Occidente y una amenaza directa a EEUU".
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