La protesta sigue en Portugal.
Miles de personas (10.000 según los organizadores) se han congregado en
Belem frente a la residencia oficial del presidente de la República
portuguesa, Aníbal Cavaco Silva, para rechazar a gritos y con petardos
las nuevas medidas de austeridad que el Gobierno portugués quiere
implantar en el país.
El lugar y la hora no era casual: a las cinco de
la tarde se reunió en el Palacio de Belem el Consejo de Estado, una
suerte de junta de sabios (entre los que se cuentan también el primer
ministro, Pedro Passos Coelho
y el líder de la oposición, António José Seguro), convocados por
Cavaco, para, precisamente, discutir y evaluar estos últimos recortes
previstos que han soliviantado al país entero, en concreto el anuncio de
la rebaja general de salarios en un 7%.
Así, mientras el Consejo de Estado discutía en secreto (con la
presencia inhabitual del ministro de Finanzas, Vítor Gaspar a fin de
describir puntualmente al resto de los miembros de la reunión el objeto
buscado en estas medidas), los miles de personas reunidas fuera,
indignadas, hartas de una etapa austeridad creciente que ahoga la
macroeconomía portuguesa y la microeconomía de cada bolsillo y que
parece no acabarse nunca, insultaban abucheaban y coreaban eslóganes
simples como “¡Cavaco, escucha, el pueblo está en la lucha!”
La iniciativa es una secuela de la impresionante, multitudinaria y
espontánea manifestación que reventó las calles de Lisboa (y de otras
ciudades portuguesas) el pasado sábado.
Convocados por un puñado de asociaciones civiles a base de mensajes en
Facebook y sin que midiera intermediación ninguna de ningún partido
político, las protestas reunieron a más de un millón de participantes,
según los cálculos de los organizadores, en una de las marchas, en
cualquier caso, más numerosas en la historia democrática de Portugal .Toda la prensa portuguesa coincidió en que hubo un antes y un después de
esa masiva protesta.
Hoy, en Belem, tampoco hay banderas de partidos políticos. Hay viejos himnos contra la dictadura de Salazar
que han recobrado nueva vida y carteles de cartón pintados a mano que
dicen cosas como “Pienso luego resisto” o “A la calle con la troika”,
“Pedimos un Gobierno de adultos” o “Rescata tu vida”.
Esta mañana, en un debate parlamentario, el secretario general del
Partido Socialista, António José Seguro, preguntó a Passos Coelho si va a
retirar la polémica medida anunciada, como algunas informaciones
periodísticas parecen entrever en los últimos días. El primer ministro
no fue concreto, pero tampoco negó la cuestión: “El Gobierno no es
sordo. Una cosa es la determinación y otra la intransigencia”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario