La crisis que estamos empezando a padecer es de tal calado que el aparato de propaganda del sistema no debe tener un minuto de tregua. Las órdenes han debido ser estrictas como nunca: hay que responsabilizar de esta situación a los comunistas.
Siempre ha sido así y esta vez con más vera. No se crean que sus empresas de transmitir mensajes no estén a punto de inventar algo que palíe el deterioro de credibilidad en el régimen que esta crisis trae consigo. Lo que ocurre es algo malo, afecta a su economía, a su nivel de vida de un modo espectacular, ergo los comunistas tienen que estar detrás y así todos más tranquilos. Lo contrario llevaría a pensar que son los capitalistas los que tienen algo que ver en al asunto y eso es, precisamente, lo que hay que combatir.
Y a la campaña le falta tiempo para empezar, porque cada minuto que pasa el capitalismo pierde adeptos y eso no ocurría desde hace décadas. Es cierto que a los creativos publicitarios no se les esta poniendo las cosas fáciles, porque que cierren empresas y aumente el número de desempleados de un modo feroz, y que la gente pierda derechos y conquistas a esta velocidad, que el dinero público que hay vaya a salvar pufos de bancos y demás empresas financieras, y que todo ello tenga a Fidel, a Chávez o a Corea del Norte como culpables, está complicado de hacer creíble.
Además, ya no están Gadafi, Bin Laden o Sadam Hussein que no eran comunistas pero sí buenos candidatos a echarles la culpa por aquello del petróleo. Por si fuera fácil, ahora hay algunos partidos comunistas que se han arrodillado al extremo para compartir pragmatismo y poder con la socialdemocracia, y por tanto que no es plan ahora, que son buenos chicos y pasaron por caja, de responsabilizarlos del caos.
Es posible que los estrategas del marketing barajen decir que esta situación que vivimos es por los anarquistas, los moros, los maricones o los negros. Pero hay problemas, decir anarquistas es complicado de entender para el gran público (ese trabajo de odio ya estaba hecho con la palabra “comunista” y con la que está cayendo no pueden perder el tiempo en didactismos, en cosas que no calen de un modo rápido).
Queda pues, volver a los comunistas, así en abstracto, como los auténticos come-niños que quieren la destrucción y la barbarie. En cualquier momento habrá noticias porque el primer globo sonda que decía que “todos somos un poco culpables de la situación” ya ha jugado su papel, ahora vendrán las campañas fuertes, las de verdad, porque es insostenible y peligroso que un drama del calibre del que se nos viene no tenga responsables. Olimpiadas y Eurocopas de fútbol van a echarles una mano; las mentiras siempre entran mejor en los despistados (iba a decir drogados).
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