domingo, 15 de enero de 2012

Más sobre la trama UBT: Desahucios y “humanismo” empresarial del yernísimo.



Alfons Cervera ha comentado oportunamente un nudo esencial de los avatares de la trama UBT y de la consideración ciudadana de la Monarquía y la Familia Real.
Apunta el gran escritor republicano que el 23-F, “aquel acontecimiento lamentable”, se convirtió en el salvoconducto del monarca “para pasearse, con aire salvador, por las calles de la democracia”. Cervera sostiene que aquel proceso se está repitiendo con pelos y señales. Según la versión oficial, ha sido el rey -¡de nuevo el Rey Salvador!- quien ha destapado los chanchullos del yerno. “De nuevo la Monarquía se ha erigido en salvadora de unos valores que ningún desaprensivo –sea de la estirpe que sea– debería vulnerar”. De nuevo: el infierno son los otros y yo vengo a salvaros. Estoy siempre alerta para ello.
En mi opinión, aún no estamos en ese punto, las dudas se acumulan, y queda mucha batalla por delante que en absoluto está perdida y que en todo caso hay que librar. La insistencia y la paciencia son esenciales. La madeja de la trama UBT (“B” de Borbón) parece contener mil conexiones y redes. Su vida nos dará sorpresas.

El propio Cervera señala algunas de las preguntas que debemos y deben hacerse públicamente, casi por sentido común: ¿desconocía la infanta de dónde venían los millones de euros que costó el palacete de Pedralbes y todos sus apaños?, ¿se quedaban los Reyes tan panchos, estén o no separados, viendo esa provocadora muestra de poderío económico? ¿No sabían nada del origen del dinero que pasaba por allí?
Apuntemos algunas preguntas más: ¿no fue la hija de Rey socia directa de su marido en una de las empresas, central en el entramado? La ubicación en Washington del yernísimo y la hija, supuestamente “recomendada” por el Rey, ¿qué tiene de ejemplar desde el punto de vista de la razón pública? ¿No supo acaso el Rey, y la Casa Real en general, tal como era ampliamente conocido en las altas esferas del estado, que el yernísimo seguía operando empresarialmente a sus anchas en instancias oficiales y que había tomado la embajada española en Washington como parte de la gran sala de estar del palacete de Pedralbes que compartía y comparte con la Infanta Cristina? ¿No estuvo el yernísimo y la hija del Rey en la presentación y promoción de un grupo bancario privado, ya en el exilio dorado de Washington, que contó nada más y nada menos que con la presencia destacada de la esposa del entonces presidente de Colombia, el poco recomendable Álvaro Uribe? [2]
Hay más, muchas más cuestiones. No existe ninguna conjetura consistente que pueda trazar una línea de demarcación excluyente entre las actividades de la trama UTB y la Casa Real. Los vasos comunicantes son múltiples, forman legión.
Vale la pena ahora destacar otro punto del entramado: los procedimientos realmente existentes con los que se opera en estos casos, el anti-humanismo empresarial que subyace a estas actuaciones de los “nuevos y jóvenes emprendedores”, prácticas que luego son base empírica de sesudas tesis doctorales presentadas en exigentes escuelas de negocios como ESADE.
Los correos electrónicos intervenidos en la investigación del caso Nóos, se ha apuntado [3], presentan a Urdangarin como “un hombre volcado en la gestión de sus negocios, que toma decisiones y es consultado por sus colaboradores en cada detalle de su actividad empresarial, por nimia que sea”. Las conversaciones del yernísimo entre 2008 y 2011 -¡y 2011!-, muy posteriores a la época en la ejerció como presidente del Nóos (2004-2006), trazan, en general, hasta el momento de la ruptura, una relación cordial con sus colaboradores. El duque de Palma, el marido de la hija del Rey, “les plantea dudas y acepta sus consejos, pero interviene activamente en todas las decisiones”.
En los e-mails incautados, el yernísimo mantiene frecuentes conversaciones sobre dinero con dos de sus colaboradores más cercanos: Marco Antonio Tejeiro y Miguel Tejeiro, cuñados ambos del socio, del ex profesor y doctor por ESADE, Diego Torres. Además, por si faltara algo, la mayoría de correos versan sobre la actividad de Aizoon, la inmobiliaria en la que figuraba también, al 50%, la infanta Cristina de Borbón.
Selecciono algunas de estas “comunicaciones” económicas. El siguiente e-mail está fechado el 26 de noviembre de 2009. Marco Tejeiro, cuñado del socio Torres, pone al yernísimo al corriente de la situación de un inmueble en Palma. L habla de desahucios como el que habla del sol de julio en Angola. “Nos pregunta la abogada si, una vez desahuciada la inquilina, le ponemos demanda para cobrar las rentas que debe. Está localizada y se le puede embargar parte del sueldo. En principio dice que lo intentemos, pero eso nos generará pagar unos honorarios a la abogada y al procurador”. ¡Notan, sienten, la enorme perspectiva humanista del comentario!
Tejeiro apunta una sugerencia y espera instrucciones del comandante en Jefe. “Yo lo intentaría, son unos 9.000 euros. ¿Qué hacemos? Un saludo”. El yernísimo, se identifica como chairman de Telefónica en USA (¿no tiene nada que decir sobre ello César Alierta?), da su visto bueno con un “Ok”. Y ya está, a otra cosa. Los negocios son los negocios y hay muchos en perspectiva.
En otro correo, el cuñado del socio le propone inversiones: “Hola Iñaki. Disponemos de unos 100.000 euros en BBVA por si quieres invertirlo en Privat Bank desde Aizoon. Un saludo”. Aizoon es la empresa compartida con la Infanta.
Otro de los correos, julio de 2008, enviado a Diego Torres, muestra las distancias entre ellos: “He sabido de tu propuesta de facturación de los proyectos compartidos. Estos son tus números, no los entiendo y es más, estoy en total desacuerdo. Me parece increíble… Te pido que, si crees que me corresponde algo, hables con Marco”.
El color del dinero los separó. Antes los había unido: a Torres (y familiares), a Urdangarin y Cristina de Borbón. ¿Solo a ellos? ¿Nadie más conocía sus actividades, algunas de ellas realizadas usando a su antojo la embajada española en Washington?

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