sábado, 27 de abril de 2013

Son nuestras manos, las de los hombres y mujeres las que han de volver a trabajar la tierra como en antaño.



Durante un tiempo ya, se vienen escuchando en muchas protestas, concentraciones, marchas, manifestaciones lo de “REFORMA AGRARIA YA”. Y se está en lo cierto, cuando se grita esto mismo, o bien en mitad de una campiña, o bien dentro de un pueblo como ciudad, lo mismo que cuando se está en una plaza, reivindicando por trabajo, trabajo y trabajo como por nuestros derechos y dignidad.

El volver a trabajar la tierra prescindiendo además de las grandes maquinarias pesadas es algo que para muchos puede ser considerado como un retroceso, pero no hay mayor retraso, que el sustituir al hombre como la mujer por máquinas, negándoles con esto último el volver a trabajar la tierra como se hacia antes. Y el trabajo de la tierra, debe ir como no, sujeto al concepto de la ecología agraria.


Los tiempos corren muy deprisa quizás para algunas cosas como muy lentas para otras, al igual que el aplique de nuevas tecnologías, pero tenemos que hacernos a la idea, de que los campos, tiene que volver a ser esas tierras de sangre y sudor, esas tierras que en su tiempo dieron de comer a tantas y tantas familias, tierras donde sus cultivos pasen a ser manufacturados en centros cooperativistas de trabajos asociados, donde no exista ni un atisbo de capital privado, donde sus gestores, como quienes autodeterminen sean los propios trabajadores de la cooperativa, y que como no, al paso de un tiempo, no se quiera vender o comprar con los mil y un chanchullos de la mayor como más rastrera empresa que piso nuestra Andalucía, “la PSOE”.

No solamente es el luchar por una nueva reforma agraria, es hacerlo también por la modificación y un ajuste de lo que son los mercados, para darle una salida más que eficiente a los futuros productos surgidos de nuestras tierras, esa tierra pública que ahora quieren vender, esa tierra que ahora solo sirve para el monopolio de unos cuantos y cuantas y que de una vez, tenemos que concienciarnos, para salir a luchar por ellas y que se produzca más genere el empleo que debe realmente generar.

Son las azadas, hocinos, y el escardillo, como todas esas herramientas de labores del campo, las que han de volver a estar en contacto de nuevo con la tierra e impulsada por la fuera del hombre y de la mujer. Son las gotas de sudor, las que han de caer en esas campiñas como en antaño, por esos hombres y mujeres que al día de hoy y gracias al capitalismo y a quienes ejecutan las ordenes desde arriba, se ven en situaciones tan desesperantes, familias donde ni tan siquiera existen las ayudas sociales de los 426 euros. Y es que, entre todos y todas, tenemos que decir que basta, basta de tanta migajas como de tanto pordioseo, basta de tanto chanchullo como intereses en querer monopolizarlo todo, más el querer hacer juegos de compra y venta de tierras públicas para la implantación de plantas eólicas como para el beneficio ilícito de los mismos de siempre, el duque de no se que, como el conde de no se cuanto.



- La tierra para quien la trabaja.

- Por la autodeterminación y autogestión de las tierras como sus productos en cooperativas de trabajos asociados.

REFORMA AGRARIA YA, Y POR LA MODIFICACIÓN DE LOS MERCADOS.

VIVA ANDALUCÍA LIBRE Y SOBERANA COMUNISTA-SOCIALISTA, COMO LA LUCHA OBRERA DEL PUEBLO ANDALUZ.

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