domingo, 2 de septiembre de 2012

Los menores pagan más por comer que los diputados de la Asamblea de Madrid .

 

Los más de 400 trabajadores/as de la Asamblea de Madrid, y entre ellos 129 diputados, pagan por comer un menú en la cafetería de dicha institución, 3,55 euros.    Esto significa que pagan 1,07 euros menos de lo que paga un niño/a sin beca en el comedor de un colegio (4,62 euros según cálculos del Gobierno regional).

Le cuesta menos comer a un diputado de esta asamblea que a un niño/a que está educándose en un Centro Educativo.    Esto es así debido a la tasa que el Gobierno de Esperanza Aguirre establecerá en los Centros Educativos, a pagar por aquellos menores que lleven su tupperware con la comida de casa.

¡¡Les van a cobrar por comer en el colegio, la comida que se traen de casa!!
 
Y, como con tantos otros asuntos de similar naturaleza, no está teniendo traslación mediática.

Un diputado raso de la Asamblea de Madrid gana 3.503 euros brutos mensuales, un plus de 1.825 euros si además es portavoz del partido. Quienes acuden a las juntas de portavoces reciben a su vez 1.457 euros, y por ser portavoz de una comisión 846 euros.

Y a todo ello debemos añadir que el 20% del salario de estos señores y señoras no tributa, por considerarse gastos de viaje.

Escándalos y escándalos diarios. Privilegios y privilegios despreciables. Injusticias e injusticias diarias que de sus cajones opacos afloran al conocimiento público gracias al trabajo de algunos periodistas y algunos contados políticos/as.

En la inmensa mayoría de los casos, políticos/as que no pertenecen a los partidos mayoritarios.

Un hecho más para ilustrar el estilo de nuestra "realidad democrática".

Un diputado regional que dice representar el trabajo por el bienestar de sus representados (en este caso madrileños/as) paga menos por comer que un niño/a que va a su colegio con su taper de comida traida de casa.

Deben estar encantados con la situación. Si no es así, que actúen en consecuencia.

La realidad que están construyendo es el resultado de un desprecio descomunal a todos nosotros y nosotras.

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