lunes, 3 de septiembre de 2012

Banco malo.

La creación del "banco malo" aprobada por el Gobierno del Partido Popular, surge de las imposiciones de la troika (Banco Central Europeo, Comisión Europea y Fondo Monetario Internacional) para la concesión del "rescate con dinero europeo de las entidades bancarias españolas intervenidas", eufemismo con el que se ha denominado a la imposición de una deuda que las arcas públicas españolas tendrán que soportar para costear los desmanes en la gestión de las empresas privadas del sector financiero.

La jugada que pretende imponer la elitista clase financiera internacional al dinero público español consiste en lo siguiente:

- Con financiación parcial de dinero público se crea una sociedad financiera denominada "banco malo"

- Con los fondos de esta sociedad se adquieren los llamados "activos tóxicos" (vivienda, suelo, créditos de dudoso cobro...) a las entidades financieras culpables de la crisis y que ahora se encuentran en problemas financieros.

- El precio de compra de esos activos tóxicos será fijado por expertos independientes elegidos por el Banco de España. Es decir, intereses privados, y no públicos, serán los que determinen qué cantidad de dinero público deberá ser entregada a los bancos privados causantes de la crisis.


- El "banco malo" tendrá un plazo de entre 10 y 15 años para vender los activos adquiridos a las entidades privadas con dinero público. A pesar de ello, Rajoy no tiene empacho en prometer que los ciudadanos españoles "no van a poner un euro".

- Esta suerte de estafa a las arcas públicas que es el "banco malo" no tiene precedentes claros de éxito en su aplicación en otros países, pero sí existen casos de absoluto fracaso y desastre para los intereses públicos, como es el caso de Irlanda. En este país la creación del "banco malo" en 2009 elevó el déficit del país hasta el 32% en 2010, lo que le obligó a pedir el "rescate". La caída de un 66% del valor de la propiedad comercial en el mercado irlandés fue absorbida por las arcas públicas y no por las entidades privadas que causaron la crisis y se beneficiaron de ella.

Se calcula que el valor de los activos tóxicos que el ciudadano español deberá costear aunque no quiera, ni sea justo, ni útil a la sociedad pública, sino a intereses privados, rondaría los 180.000 millones de euros.

Pero teniendo en cuenta que muchos españoles, concretamente más de 500 al día, están viendo cómo sus viviendas son embargadas por estas mismas entidades beneficiarias de la creación de un "banco malo", se da la paradoja de que no solo ven embargada su casa, sino que en una retorcida y cruel pirueta, el Gobierno de Mariano Rajoy está utilizando sus impuestos para comprar a las entidades causantes de la crisis, las viviendas que les son embargadas. Y como remate, esa compra se está produciendo a un precio inferior al que el banco que embarga la vivienda le reconoce al embargado, el cuál, en muchos casos, ha de seguir pagando el crédito de la casa que ya no tiene.

Resulta llamativo que esta intervención del Gobierno de Rajoy en la economía en favor de intereses privados y contra la ciudadanía española, haya levantado tan poco eco entre las voces de conservadores y liberales que acostumbran a criticar feroz e irracionalmente la intervención del Estado en la economía.
  
la creación del "banco malo" no es más que un premio a los culpables de la crisis y un castigo a sus víctimas. Es decir, un nuevo incumplimiento de los compromisos que Rajoy hizo antes de las elecciones, aparentemente con el único objetivo de ganarlas a cualquier precio, aunque fuera al precio de dejar a 0 el valor de una palabra.

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