El País
Los alrededor de 2.000 manifestantes que iniciaron ayer la segunda etapa de la provincia de Cádiz de la marcha obrera organizada por el Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) se doblaron a los pocos kilómetros de su salida de Puerto Real. El itinerario previsto pasaba por algunas de las factorías más señeras de la bahía gaditana, como la planta de Airbus o la de Navantia, desde donde la marcha fue sumando participantes. A su llegada a la ciudad de Cádiz, cientos de personas recibieron con aplausos y vítores a los manifestantes, que culminaron su ruta, ya por la ciudad y acompañados por trabajadores gaditanos, frente a la sede de la Subdelegación del Gobierno.
Pero el momento más representativo de la marcha se vivió ayer en el puente Carranza. Como han hecho durante años los trabajadores de astilleros en sus protestas, los miembros del SAT cortaron el puente, una de las dos únicas vías de comunicación de la ciudad de Cádiz, durante más de una hora. Allí, acompañados de la plantilla de Navantia, hicieron una sentada de un cuarto de hora para tomar el bocadillo. “Sois siempre un ejemplo en Cádiz, habéis sabido defender con dignidad vuestros puestos de trabajo”, les dijo Diego Cañamero, portavoz del SAT en su discurso ante la factoría naval, quien definió a estos empleados como “la dignidad de Cádiz y su rebeldía”.
Otros colectivos, como los trabajadores municipales de Jerez afectados por el anuncio de un expediente de regulación de empleo, o miembros del movimiento del 15-M también se sumaron a la marcha a su entrada en Cádiz. El resultado fue una manifestación que superó en participantes las expectativas de los organizadores. El parlamentario de Izquierda Unida y líder del SAT Juan Manuel Sánchez Gordillo llegó a decir que, de haber sabido el recibimiento que iba a tener la marcha en Cádiz, “habríamos hecho el recorrido por la provincia desde el primer día”.
Después de las detenciones de once participantes en la marcha del lunes, la jornada transcurrió ayer sin incidentes. Los organizadores prefirieron no protagonizar acciones sorpresa “por la seguridad de los manifestantes”. “Nosotros mismos nos autocensuramos”, explicó Sánchez Gordillo, “porque lo que quieren quienes nos criminalizan es que todo degenere en un choque con la policía, para ridiculizarnos y quitarle fuerza a la marcha”. Con todo, la Policía Nacional estaba prevenida y todo el recorrido estuvo fuertemente vigilado. Algunos puntos de la ruta, como la antigua factoría de Delphi en Puerto Real, vacía desde que la empresa cerró hace cinco años, se encontraban blindados por la presencia de agentes.
La marcha abandona la provincia de Cádiz aunque el parlamentario de IU y alcalde de Marinaleda anunciaba ya ayer: “Nos volveremos a ver. Si el Gobierno sigue aplicando recortes sin límites, tendremos que volver a movilizarnos para que nos atiendan”.
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