lunes, 16 de julio de 2012

El Sello Bilderberg está en la oposición terrorista siria.

Varios de los líderes de la oposición siria están relacionados con la maquinaria anglo-americana de cambio de regímenes que puso su atención en el país árabe en 2005. Foto:Bassma Kodmani a la salida de la conferencia del Club Bilderberg en Chantilly, Virginia, en junio pasado.

Una cantidad de personalidades clave de la oposición lleva mucho tiempo en el exilio y empezó a recibir apoyo financiero del Gobierno de EE.UU. para derrocar a Al Assad mucho tiempo antes de que estallara la primavera árabe.    

Esos portavoces de la democracia abogan por una intervención militar extranjera en Siria, lo cual los convierte en aliados lógicos de los neoconservadores estadounidenses que respaldaron la invasión en Irak bajo el presidente George W. Bush y que están presionando al Gobierno de Barack Obama para que intervenga en Siria.
 
Por eso varios representantes de la oposición ya han encontrado apoyo y en algunos casos incluso desarrollado relaciones lucrativas con los abogados de la intervención militar en ambos lados del Atlántico, escribe el diario 'The Guardian'.
 
Las fuentes más citadas de la oposición son los representantes oficiales del Consejo Nacional Sirio (CNS), reconocido en los medios occidentales como la principal coalición opositora. Establecidas unas relaciones más estrechas con Occidente, el CNS lleva llamando a una injerencia militar extrajera ya desde las fases iniciales del conflicto.  

Los grandes medios occidentales se limitan habitualmente a formulaciones tales como “portavoz” o “activista prodemocrático” sin escrutar sus historiales ni lazos políticos. Sin embargo, varias de esas fuentes están relacionadas con el negocio anglo-americano de cambio de regímenes. 
 

Bassma Kodmani

 
De los portavoces del CNS, el de mayor importancia es Bassma Kodmani, miembro del comité ejecutivo del Consejo y responsable de las relaciones exteriores.  
 
Este año Kodmani estuvo presente por segunda vez una reunión del Club Bilderberg, una asociación cerrada de personalidades influyentes en el mundo político y económico que muchos creen tiene las riendas del poder mundial.    
 
Para la conferencia de 2008 fue registrada como ciudadana francesa, pero en 2012 su nacionalidad desvaneció y fue listada como “internacional”.
 
Un poco antes, en 2005, Kodmani trabajó en El Cairo en la Ford Foundation, una organización sin ánimo de lucro que promueve la democracia y el desarrollo humano, como directora del programa de gobierno y cooperación internacional.
 
En aquel entonces las relaciones entre EE.UU. y Siria se estropearon y Washington llamó a su embajador en Damasco. “La oposición siria empezó a recibir dinero estadounidense después de que George W. Bush congelara de hecho los vínculos políticos con Damasco en 2005”, escribe 'The Washington Post'.
 
En septiembre de 2005 Kodmani fue nombrada consejera general de Arab Reform Initiative (Iniciativa para una Reforma Árabe), un programa de investigación política lanzado por el Consejo de Relaciones Exteriores (CRE), un poderoso grupo de presión de EE.UU.

El proyecto goza del apoyo de la élite de los servicios secretos y del sector banquero estadounidense, al que se junta la supervisión financiera de Center for European Reform, con sede en Londres y vínculos con el mundo banquero, diplomático, industrial y del espionaje británico. 

Además, Kodmani cuenta con credenciales impecables en la diplomacia internacional: ocupa el cargo de directora de investigación de la Academia Internacional Diplomática, una institución independiente encabezada por Jean-Claude Cousseran, ex jefe de la inteligencia extranjera de Francia.

Radwan Ziadeh es el director para relaciones exteriores del CNS. También es miembro del US Institute of Peace, un centro de estudios en Washington financiado por el Gobierno estadounidense. En febrero pasado se unió a los representantes de la élite política estadounidense que firmaron una carta dirigida a Obama solicitando una intervención en Siria.
 

Especialistas en relaciones públicas

 
Ausama Monajed a menudo aparece como experto en programas televisivos. También lleva un blog en 'The Huffington Post UK' y no trata de suavizar sus comentarios: "Vemos a civiles masacrados y niños asesinados y mujeres violadas en la pantallas de televisión todos los días".

Monajed es asesor del presidente del CNS y el fundador de Barada Television, una cadena opositora con sede en Londres.
 
En 2008 estuvo en Washington, entre los invitados a un almuerzo con George W. Bush.
 
El año pasado el 'The Washington Post' citó filtraciones de correspondencia diplomática divulgadas por WikiLeaks que señalan que el Departamento de Estado asignó al menos 6 millones de dólares para el canal Barada y otras actividades en Siria a través del Movimiento para la Justicia y Desarrollo, con sede en el Reino Unido. 

Monajed tiene vínculos estrechos con Michael Weiss, uno de los más citados expertos occidentales sobre Siria y un vehemente partidario de la intervención militar en el país árabe. Es director para relaciones públicas en Henry Jackson Society, un centro de estudios sobre política extranjera con sede en Londres.  
 
 
    Monajed es también el jefe de Hamza Fakher, especialista en relaciones públicas frecuentemente citado como fuente videdigna sobre los crímenes del régimen de Al Assad.
 
“Están vendiendo la idea de intervención militar y cambio de régimen que los principales medios tienen ansias de comprar”, escribe 'The Guardian'.
 
Considerando los vínculos que los líderes opositores tienen con Washington y Londres, es decir los que realizarían la intervención, el rotativo deduce que “la información y estadística de esas fuentes no son necesariamente noticias sino más bien se trata de una campaña publicitaria, una campaña relaciones públicas”, añade el diario.
 

Cuenta de víctimas desde el Reino Unido

 
Para presentar una intervención como “inevitable” se enumeran en los medios varias atrocidades, bombardeos y violaciones de derechos humanos presuntamente cometidos por el régimen de Al Assad.
 
Como fuente de una avalancha de estos datos destaca el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en el Reino Unido. Es muy difícil encontrar un medio que no lo cite. ¿Pero quiénes son? “Es Rami Abdulrahman, que reside en Coventry”, Reino Unido, escribe 'The Guardian'.
 
“Cuando no responde a las llamadas de medios internacionales, Abdulrahman está en su tienda de ropa que gestiona con su esposa, ubicada a pocos minutos de su casa”, según un informe de Reuters en diciembre pasado.
No hay escasez de noticias sobre el conflicto en Siria. Sin embargo, mientras no se escruten las fuentes de información, la máquina de la guerra informática va a ganar terreno. Pero la democracia que publicitan los apasionados enemigos del “autoritario” régimen de al Assad de ningún modo garantiza que en caso de su caída el país siga siendo independiente.

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