Un artículo de Jesús Rodríguez y Tere Rodríguez.
Ayer el gobierno de la Junta de Andalucía daba una rueda de prensa en el que afirmaba que daba marcha atrás en sus recortes anunciados para no cargar sobre las espaldas de los empleados públicos un doble recorte: el de la Junta y el anunciado por el gobierno central.
No queremos extendernos aquí sobre las trayectorias de PSOE e IU en los últimos tiempos. En el caso del PSOE, resguardarse bajo el paraguas de los ajustes impuestos por Madrid y de la amenaza de la intervención, carece de credibilidad cuando las políticas de ZP abrieron el camino y legitimaron las políticas de recortes del PP. Más aún cuando la reforma constitucional exprés, efectuada el verano pasado por el gobierno del PSOE de acuerdo con el PP, supone la base legal e ideológica de las actuales políticas de ajuste y encorsetaban políticas alternativas desde las autonomías. Cuando el PSOE e IU hicieron la campaña a las elecciones andaluzas sabían cuál era el contexto y aún así prometieron no recortar. Sabrán ellos cuánto valen sus palabras. Pero quien no tiene una estrategia de desobediencia y deslegitimación clara de los marcos institucionales está llamado a asumir las lógicas de ajustes.
En el caso de IU llevar el capital acumulado en dos años de movilización contra los recortes a un gobierno con un PSOE, que no ha hecho ningún balance crítico de esa etapa, no ha podido hacer más daño y generar más confusión entre la gente que tiene que movilizarse. El contexto ya era conocido pero también es usado como excusa y en lugar de favorecer la deslegitimación de las instituciones, por ejemplo retando al PP a intervenir Andalucía, cuando la gente ve que no sirven a la clase trabajadora, vienen a reforzarlas. En su referéndum interno excluyeron las posibilidades expuestas por otros sectores que no eran la dirección del PCE (con su secretario general a la cabeza) , verdadero artífice del acuerdo con el PSOE, y ahora intentan cubrirse el flanco izquierdo intentando atacar a la izquierda que todavía no ha sucumbido, tildándola de izquierdista e inmadura.
Pues bien, ayer se daba una rueda de prensa que no podemos más que denunciar en su fondo y en su contenido. La supresión de la paga extraordinaria de Navidad a los empleados públicos supone el 7,14% del sueldo anual de los empleados. El gobierno de la Junta iba a recortar el 5% de los sueldos de dichos empleados. No nos queremos extender aquí en el error enorme que supone criminalizar los salarios en este país, en hacerlos corresponsables de la génesis del problema de la deuda y por tanto de las salidas. Ya lo hemos hecho en otras ocasiones, señalando alternativas y describiendo cómo se ha ido engordando la deuda pública para socializar las pérdidas privadas del sector bancario, entre otros.
El hecho es que el gobierno PSOE-IU tiene la caradura de decir que no quiere dañar más a los trabajadores y por eso echa marchar atrás a su plan de reducir el 5% de su sueldo, pero aplicará la reducción del 7,14% que supone la supresión de la paga extraordinaria. Es decir, que va a ahorrarse más dinero, nos va a reducir más los salarios y encima querrán aparecer como un gobierno muralla frente al PP. Eso sin tener en cuenta que se mantienen los recortes de horas para el personal interino, la pérdida de empleos de muchos de ellos, la eliminación de las ayudas sociales y los recortes anunciados por la Junta íntegramente para 2013. No hacen falta muchas valoraciones del hecho de que los centros de salud en Andalucía permanezcan cerrados por la tarde en verano o de que la Junta lleve años privatizando y precarizando el empleo en los llamados servicios "complementarios" de la administración pública.
El jueves 19 nos veremos las caras con muchos dirigentes de IU y PSOE encabezando manifestaciones contra los recortes del gobierno central. No le pedimos ya que asuman un programa anticapitalista para salir de la crisis sin que la pague la clase trabajadora. Es mucho pedir. Lo que le pedimos es, simplemente, un poco de vergüenza. Que no nos tomen el pelo. Necesitamos converger con la base social y militante de estos partidos, hastiada de tanto despropósito. Pero en absoluto con sus dirigentes ni con los militantes que defienden a capa y espada este gobierno, incluso desmovilizando, oponiéndose a quienes decimos que tenemos que rechazar el ajuste sobre la clase trabajadora, lo realice quien lo realice. Porque ahí hemos estado siempre.
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