miércoles, 4 de enero de 2012

¿Alguien dudaba de que el 90% de la población volvería a pagar los choriceos del 10% más rico? ¿Alguien creía que Guindos dejaría de ser… Guindos?

La “guinda” del pastel: ni una palabra sobre el fraude fiscal.






Otra vez más vuelve a pagar la crisis de una u otra forma el 90% de la sociedad y queda exento el 10% más rico y, según los propios técnicos de Hacienda, los más corruptos. El último Consejo de Ministros del 2011, nos ha dejado recortes a los jubilados –pues sus pensiones suben menos que los precios, por lo que son indirectos pero recortes-, recortes a los trabajadores públicos –la congelación implica un recorte del 2,4% con respecto a los precios, además de la subida de retenciones que se traducirá en un recorte real en la nómina-, recortes en los trabajadores de la privada –la congelación del salario mínimo implicará que los sueldos de la privada no subirán, por lo que también perderán un 2,4% de sueldo con respecto al encarecimiento de la vida- y recortes a los servicios básicos, que afectan al 90% de la sociedad -se pierden puestos de trabajo, solo se repondrá un 10% de plazas públicas-. Ese mismo coherente decreto que multa a los trabajadores por no estar en paro –al gravar las rentas del trabajo- en un país donde el principal problema es el desempleo, no dice ni una sola palabra acerca de la persecución del fraude fiscal. De los 88.000 millones de euros defraudados el recién pasado 2011 en España, el 72% está provocado por las grandes fortunas de este país y los grandes empresarios asociados ala CEOE. Sin embargo, Juan Rosell le dice al gobierno cómo, dónde y cuándo debe recortar al 90% de los ciudadanos para pagar los robos perpetrados por sus asociados. Con los 64.000 millones que ellos han defraudado se pagaría cuatro veces los recortes “necesarios” de déficit previstos para 2012 y no habría que tocar ni un ápice los servicios básicos. Alguien más se preguntará, ¿por qué conociendo este fraude no se persigue? Porque alguien en este país está muy interesado en "infrapresupuestar" tal partida y se concede cinco veces menos a perseguir el fraude que en el resto de los países europeos. Parece ser que la convergencia con Europa está únicamente estipulada con respecto a recortes de derechos civiles de todo tipo.

¿Pero es que pensaba alguien que Guindos y sus colegas europeos harían otra cosa distinta de lo que llevan haciendo una década? El señor Luis de Guindos, actual Ministro de Economía español, junto a Papademos en Grecia, Monti en Italia y Draghi en el Banco Central Europeo (BCE), han sido algunos de los principales causantes de la crisis mundial mediante su complicidad en las hipotecas subprime realizadas a través de los bancos para los que trabajaban: Lehman Brothers y Goldman Sachs. Estos bancos financieros son culpables al facilitar un crédito a todas luces ilegal por diversos motivos:

- En primer lugar porque dichos bancos, junto a otros muchos, concedieron más crédito del que tenían disponible –de lo que dan buena fe las nuevas exigencias actuales a la banca sobre proveerse de más fondos para evitar la repetición de tales actos-. Al inventar un dinero que no pudieron recuperar tras producirse los primeros impagos de hipotecados, no pudieron hacer frente a sus propias deudas y forzaron a los estados a afrontarlas con dinero público. El dinero ficticio fue convertido en real, lo que hace que la deuda actual de los estados sea impagable, dado que deben más del dinero realmente existente, lo que perjudica la fiabilidad de su deuda y, con ello, sus primas de riesgo.

- En segundo lugar, porque todo ello era solo parte de un plan bien elaborado desde hacía tiempo. La
solución final de los estados concediendo dinero público para cubrir las pérdidas de los bancos, fue lo que dio lugar a que dichos bancos hubieran concedido previamente dinero a clientes insolventes y, después por extensión, a la invención de dinero para multiplicar los créditos. Todos los contribuyentes acabarían pagando tales desmanes vía rescates o a través de masivas inyecciones de dinero de sus bancos centrales, con el repetido cuento de que hay bancos que no pueden caer –ultraliberales exigiendo intervencionismo puro y duro… realmente insultante-.

- En tercer lugar, porque el euro formaba parte de dicho plan, pues la creación de la moneda ficticia –como en México o Argentina en los 90- provocó en España que los salarios subieran un 14% mientras que los precios lo hacían un 66% –a pesar de vanagloriarse Trichet al asegurar que el BCE contuvo la inflacción en el 2%, pues ello sucedería en los siete paraísos fiscales de la unión, porque en los países de verdad… ya se sabe-. Eso demuestra que si los españoles se endeudaron más fue, salvo alguna excepción, no por vivir por encima de sus posibilidades como repiten Rosell y sus amigos, sino porque se les estaba robando de forma indirecta y la población tenía que endeudarse más para tener lo mismo, cosa que sabían los grandes constructores del euro y de Europa, como avisaron muchos economistas antes de 1999, tachados entonces de radicales. El recorte de los salarios llevaría a un necesario endeudamiento… el resto es la vuelta a los dos puntos anteriores.

El círculo que se abre y se cierra con estos delincuentes es terrorífico, aunque a ninguno de estos se le exige que depongan las armas y pidan perdón por las víctimas que van sembrando a golpe de desahucios, paro, recortes y miedo generalizado en toda la población… que observa, royéndose las uñas, cómo por primera vez en décadas, los nuevos hijos vivirán peor que sus padres.

Estos manijeros de la globalización, ejemplificados en de Guindos & Company, crearon la crisis y posteriormente exigieron a los estados un endeudamiento descomunal para salvar a la banca. En 2007, países como España tenían un déficit mínimo y una deuda razonable. Pero las presiones ejercidas en los años siguientes por estos personajes para rescatar a grandes bancos, dio lugar al endeudamiento de los estados cediendo multitud de dinero a la banca vía rescates a países o vía inyección de liquidez. Aquí fue donde comenzó el gran endeudamiento de los estados, el quid de la cuestión, la gran estrella de este cuento que da lugar a dos leitmotiv: por un lado, una intencionada confusión entre endeudamiento y déficit, cocinada por la mayoría de medios de comunicación, que llevaría a hablar de excesivo déficit, focalizado por algunos sobre las administraciones públicas del estado para justificar recortes en los servicios básicos del mismo y hablar así de recortes de plantillas, privatizaciones, copagos…; por otro lado, un excesivo endeudamiento público restaría credibilidad a la deuda de los estados y elevaría así sus primas de riesgo convirtiéndolos en marionetas dirigidas por los denominados mercados, o sea, por los mismísimos manijeros.

Un endeudamiento público que fue penalizado por los mismos que lo aconsejaron desde Goldman Sachs, solo que ahora lo penalizaban desde las agencias de rating o de calificación de riesgo que sus mismos bancos controlaban, como Standard & Poor’s, Moody’s o Fitch y que restaban calificación a los estados y hacían subir la prima de riesgo de los mismos. Fue así como esos mismos señores hicieron un negocio redondo comprando dinero al BCE al 1% para invertirlo en deuda pública italiana y española al 6%, haciendo crecer el déficit de los estados al tener que invertir estos más dinero para pagar los intereses acumulados. Ahora por fin se ha cerrado el círculo, ya ni siquiera tienen que presionar a los estados pues son ellos mismos los que controlan sus finanzas.

Así, las hipotecas subprime no fueron más que la herramienta inicial de un plan fríamente urdido y que daría lugar a hablar de salvamento de la banca provocando un masivo endeudamiento público por el cual se penalizaría a los estados y serviría para concienciar a la opinión pública de la necesarias privatizaciones y desaparición de los estados tal y como se han entendido durante siglos.

¿Alguien sigue creyendo el cuento de que estos señores pretenden resolver algo? ¿En qué cabeza cabe que habiendo invertido tantos esfuerzos en saquear lo público desde sus consejos ejecutivos de ese ente conocido como “los mercados” para engordar sus propios bolsillos, ahora que tienen la sartén por el mango, vayan a resolver los problemas que ellos mismos provocaron?

La solución a los problemas de los estados era mucho más sencilla de lo que nos cuentan, solo que dichas soluciones, aún yendo en beneficio del 90% de la población, van en detrimento de los que están a la cabeza de los mismos. No se trata de colores políticos sino de que desde hace años este país está gobernado por los mismísimos mercados, representados en la CEOE. Es la CEOE quien dicta las normas a seguir y por eso, en una rueda de prensa de todo un Ministro de Economía como de Guindos, puede verse en primer plano a todo un consejero ejecutivo de Endesa como Aznar, haciendo patentísima la falta de separación de poderes existente en este país –pues actualmente no solo son los denominados fácticos, aunque algunos se empeñen en tergiversar la realidad (ver punto 4 del artículo “El cada vez más dudosamente democrático proceso electoral”-). Es la misma CEOE la que había hablado de contratos de aprendiz –ya aprobados en BOE el 18 de noviembre-, de reducir puentes, de eliminar funcionarios, del copago, de reducción de costes laborales o, lo que es lo mismo, congelación del salario mínimo interprofesional… No hay nada de esto para lo que el antiguo presidente dela CEOE Díaz Ferrán no hiciera de altavoz, como ahora su sucesor Rosell. Si hubiéramos escuchado con claridad a Rosell habríamos adivinado, con antelación a las mismísimas elecciones, las políticas que el nuevo gobierno iba a llevar a cabo, independientemente de que hubiera ganado guatemala o guatepeor.

Decididamente, la verdadera solución nunca ha pasado ni pasará por aumentar los recortes de todo tipo al 90% de la población. Muy al contrario, como afirman grandes economistas como Stiglitz, Krugman, Sampedro…: el recorte a la población implica menor consumo, que conlleva más despidos porque no hay demanda que cubrir, más paro y menor recaudación, con un consiguiente aumento del déficit y vuelta a empezar. Es justo al 90% de la población que se mueve a pie por las calles a quien hay que incentivar siguiendo las únicas medidas que sirvieron para salir del crac del 29: aumentos de salarios y creación de empleo público que provoque mayor consumo y que reactiven la economía generando una mayor recaudación. Es la creación de empleo la que provocará crecimiento y no al revés. Y todo ello es posible solo y exclusivamente si en este país cada uno paga lo que tiene que pagar, lo cual solo es posible si se aumenta el gasto en la partida de persecución del fraude fiscal para que los grandes ricos de la CEOE no vuelvan a defraudar 64.000 millones este 2012 y continúen provocando la sangría que da lugar al déficit actual, que luego usan para hablar de privatizaciones y recortes del estado de bienestar que cubran sus propios choriceos. Pero todo esto, con de Guindos-Rosell & Company… ya se sabe.

PD: Cuándo el precio de la luz vuelva a subir en marzo, recuerden quién escuchaba atentamente a Don Luis en aquella rueda de prensa, a ver si entonces se nos enciende la bombilla.

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