La ministra de Sanidad, Ana Mato, ha preferido no pronunciarse sobre este hecho.
Tenía 70 años cuando sufrió su primer infarto. Hasta entonces, no había tenido problemas de corazón, pero en febrero de 2009 Antonio Moreno Barrado, un agricultor jubilado de Madroñera —localidad de unos 3.000 habitantes al este de Cáceres—, empezó a notar unos cosquilleos que luego identificaría como los previos a un ataque al corazón. El que sufrió el 28 de ese mes. Por la tarde, cuando avisó de que se sentía mal, un hijo suyo alertó al punto de atención continuada (PAC), que contaba con un equipo médico de guardia y una ambulancia para atender a cinco municipios con 4.500 habitantes. Tras recogerlo en su casa, le reanimaron y trasladaron a Trujillo (a 14 kilómetros, donde está el centro de referencia) y, de allí, al hospital de Cáceres. Se recuperó. Pero esa buena noticia no pudo repetirse el pasado 3 de septiembre, cuando sufrió un nuevo infarto. Con el PAC cerrado y sin ambulancia, su hijo decidió llevarlo directamente en su coche a Trujillo. No aguantó los 20 minutos de distancia. Falleció por el camino.
“Quizá el final hubiera sido el mismo, pero siempre nos quedará la duda de si se podría haber salvado”, explica José Moreno, otro hijo que vive en Alcalá de Henares (Madrid). Sin querer hacer “un circo” de la muerte de su padre, Moreno explica su rabia porque este perdiera la vida sin la atención médica que apenas tres meses antes hubiera recibido. Insiste en que no se puede culpar de la muerte de su padre al cierre del PAC, contra el que el pueblo —como otros 14 municipios extremeños que en junio de 2011 se quedaron sin centros similares, y nueve más en los que se han reducido los horarios— se ha movilizado intensamente, pero también recalca su indignación: “No podemos saber si habría muerto igual, pero al menos hubiera estado atendido por profesionales, no en un coche particular, en brazos de un familiar”.
El fallecido superó otro ataque en 2009 tras ser atendido en Madroñera
El Servicio Extremeño de Salud no recibió denuncias por este caso, pero informa que se cumplieron “convenientemente” los tiempos establecidos por ley en el acceso a una urgencia (un máximo de 30 minutos). Y señala que el tiempo de desplazamiento de Madroñera a Trujillo son 17.
La familia Moreno no denunció el fallecimiento porque no culpa directamente al cierre del PAC. “Lo que me da rabia es que jueguen con la salud de las personas y estén recortando los servicios básicos, además, sin dar ejemplo y sin que dejen de saltar casos de corrupción”, recalca Moreno. Además, recuerda que este “pasó toda la vida cotizando a la Seguridad Social hasta que se jubiló, a los 65 años, y empezó a trabajar en su infancia”.
La Junta de Extremadura anunció el cierre de las urgencias rurales en 15 municipios —entre ellos, Madroñera—, que daban servicio a otros muchos de su entorno, a finales de mayo del año pasado, poco antes de ejecutarlo, el 1 de junio. La medida despertó significativas movilizaciones entre los afectados, que en algunos casos siguen activas, como ocurre precisamente en el municipio del fallecido. “No entendemos que supriman un servicio cuando ni siquiera les supone ahorro, ya que simplemente han trasladado al personal (un médico y un enfermero) y la ambulancia a Trujillo”, explica Isabel Moza, miembro de la plataforma ciudadana contra el cierre del PAC de Madroñera.
Extremadura ha cerrado las urgencias rurales en 15 municipios
El Ejecutivo liderado por el popular José Antonio Monago proclama que “la organización de los recursos sanitarios no puede ser rígida”. Antes de tomar la medida, afirma que constató en un estudio que el 33% de los centros afectados no tenía actividad nocturna o registraba una media de dos pacientes a la semana. Ahora, apenas seis meses después, está preparando un informe sobre la modificación horaria de los 21 centros afectados que espera culminar antes de marzo, sin descartar que algunos PAC puedan recuperar su horario. “Posibilidad siempre sujeta a la disponibilidad presupuestaria”, advierte. El cierre de los PAC ha sido una de las medidas más criticadas por el PSOE e IU, cuya abstención posibilita el Gobierno del PP en la región.
El hijo del fallecido en Madroñera espera que la historia de su padre pueda contribuir a que se replantee esta decisión. “Si sirve solo para salvar una vida en 20 años, por tener unas urgencias cerca, habrá merecido la pena”, proclama. “Nosotros mantenemos la petición de reapertura y no paramos de organizar actividades —la última, un calendario reivindicativo que parodia la pérdida de las urgencias—; todo el pueblo se ha unido”, señala Moza.
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