Las familias del inmueble ocupado ’La Utopía’ en Sevilla resisten sin luz ni agua.
Las 36 familias que el 17 de mayo se realojaron en un edificio cerrado desde hace años, convertido desde entonces en la corrala La Utopía, resisten el intenso calor sin luz ni agua. Endesa suspendió por primera vez el suministro eléctrico el 30 de mayo, un día después de que las familias manifestaran su intención de hacerse cargo de los recibos de agua y luz. La empresa dio un plazo imposible de 24 horas para regularizar la situación, plazo tras el cual la compañía eléctrica volvió a retirar la luz. El 5 de junio, operarios de la empresa municipal Emasesa cortaron el agua.
La falta de estos suministros es muy grave para todas las familias. Antonia, de 88 años, vive postrada en una cama especial que genera un movimiento de placas sobre el colchón para evitar que su piel se llene de llagas. El corte de luz desinfló su colchón, provocándole una úlcera abierta de cuatro centímetros de profundidad y una infección por la que permanece en el Hospital San Lázaro. Pancho, de 70 años, que vive conectado a una máquina de respiración asistida la mayor parte del día, también estuvo varios días ingresado a causa del corte de luz.
Pasado ya más de un mes desde el realojo, el Ayuntamiento de Sevilla ni siquiera ha contestado, tal y como le obliga la ley, al requerimiento del Defensor del Pueblo Andaluz, José Chamizo, para buscar soluciones entre las distintas administraciones. Tras quedarse sin agua, las familias acudieron al Ayuntamiento, donde una responsable municipal les insinuó la posibilidad de abrir un proceso de retirada de la custodia de los menores, al vivir en un edificio sin suministros básicos.
Dos días después, al finalizar el pleno de la Junta del Distrito Macarena, al que pertenece el edificio de la Corrala, Evelia Rincón, concejala municipal, sólo ofreció la opción de abrir esa noche y la siguiente, durante dos horas, una boca de riego de agua no potable, ante la indignación de las familias.
Por su parte, el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido (Partido Popular), se ha limitado a rechazar en Facebook la masiva petición de “agua y luz para la corrala” y a invitar a las familias a acudir a los servicios sociales, cuando sabe que antes de realojarse en La Utopía han recorrido todos los despachos de las administraciones e instituciones públicas sin obtener solución alguna.
La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía interpuso el lunes 11 de junio una denuncia contra el Consistorio por hechos que podrían suponer coacciones y amenazas, aludiendo a la retirada de suministros que estaban activos y a las insinuaciones de apertura de procedimientos de protección de menores, con el único fin de amedrentar a las familias.
El camino de la utopía
El edificio de la avenida de las Juventudes Musicales es un ejemplo de la crisis económica a causa de la burbuja inmobiliaria. Ramón López Casal, propietario de Maexpa, antigua empresa propietaria del inmueble (en la actualidad extinguida en Nova Maexpa) está imputado por un escándalo de corrupción urbanística en Arroyo de la Encomienda (Valladolid) y por fraude fiscal en la compraventa de viviendas.
Hasta el 17 de mayo, el inmueble era un espacio cerrado sin perspectiva de cambiar su situación en muchos años. Ahora está lleno de vida. A pesar de las circunstancias difíciles, las familias de la corrala siguen construyendo día a día su “Utopía”. Se organizan en comisiones de trabajo y en asambleas semanales, una por bloque y otra general. Están ejerciendo su derecho a una vivienda digna, y además lo están reivindicando para las familias que están en su misma situación. Las animan a “que no se resignen, dejen atrás el miedo y la vergüenza y sigan nuestro ejemplo, organizándose, buscando una solución a sus problemas, y ocupando las miles de viviendas vacías que existen en nuestro país”.
El ejemplo de La Utopía da lugar a La Corrala Conde-Quintana
La historia de la corrala La Utopía ha provocado un despertar organizado de muchas familias sin casa. El 23 de mayo se celebró en este inmueble una multitudinaria reunión con más de 300 personas necesitadas de vivienda. El 13 de junio, cinco familias se realojaron en un edificio abandonado desde hace años en el centro de Sevilla, conocida como la corrala Conde-Quintana (en alusión a las calles que circundan el inmueble).
Este grupo de personas cuenta con el apoyo de miembros del 15M y del vecindario de la zona, que se han acercado a interesarse por su situación. Al igual que las vecinas de La Utopía, reclaman un alquiler ajustado a sus posibilidades económicas. Abogados de la Intercomisión de Vivienda del 15M están ejerciendo como mediadores con la propiedad del inmueble.
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